Era un día común como todos,
caminaba por la calle, admirando todo,
una multitud llamó mi atención,
un grupo de chicas aclamaba algo (o alguien),
decidí acercarme...
No podía creer lo que estaba viendo... eras tú, ahí, frente a mí.
Seguí acercándome, decidida a tomar tu mano.
Todas gritaban tu nombre, y yo tampoco dejaba de hacerlo.
Todo paso demasiado rápido...
No he olvidado tu mirada y jamás lo haría.
Nuestros ojos conectaron.
Tenía a mi mundo a centímetros.
Me observaste por unos minutos, y me acercaste a ti.
Esto no podía estar pasando, no podía ser real.
Me abrazaste como nadie lo ha hecho hasta ahora.
Sentí como todas mis piezas rotas se unían de nuevo.
Te dije al oído que te amaba,
me respondiste que sentías lo mismo.
No quería separarme de ti,
pero la multitud te obligaba a seguir.
Te deje ir, no podía hacer que te quedaras.
Seguiste tu camino,
yo quede entre la multitud,
sintiéndome sola como todos los días.
Un ruido aturdió el momento.
La alarma estaba sonando.
Este era un sueño más, como los que siempre tengo (contigo).
Yo estaba aquí, y tu volvías a estar a kilómetros de distancia.