Capítulo 3

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- Uraraka -










































- ¡Uraraka! -


































- ¡Hey! - Movió sus manos al frente de sus ojos - ¡Ochako! -


El sonoro sonido de la fricción de los dedos golpeó sus tímpanos.

- ¿Eh? . . ¡Ah!, Perdon, Shinsou - río nerviosamente - Me perdí en mi mundo - dijo mientras rascaba su mejilla.

Bufo sonoramente - Lo noté - murmuró mientras la miraba fijamente - Dime, ahora que sucedió.

- ¿Uhm? -

- Con Bakugou - soltó secamente.

Y fue como darle inicio a un pequeño cortometraje.

La mirada achocolatada, jalaba sus párpados, haciéndo ver sus ojos más grandes.

El movimiento de como colocaba la palma de sus manos sobre sus rodillas, mientras inclinaba la cabeza hacia el lado contrario bajandola un poco, observo el cambio de vista, su vista achocolatada ya no se posaba en el, ahora aquellas pupilas estaban posicionadas en donde se apoyaban sus manos.

Se quedó así durante unos breves segundos, para voltear a posar su vista en el, mirandolo directamente a los ojos. Brindándole una bella sonrisa.












¿Dime por qué tú sonrisa . . .






















- A vuelto a pasar  -



















me sabe a chocolate amargo?


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Después de controlar su pequeño llanto. Preparo el desayuno de su novio.
Y el sándwich de queso, termino guardado en las profundidades del basurero de la cocina.

Coloco todo sobre la mesa y se sentó en frente del plato, esperando ansiosamente a su novio.

Tarareaba una dulce melodía mientras movía sus pies al compás del tarareo, cuando la vibración de un objeto la desoriento, miro por todas partes para intentar encontrar el sonido pero no vio nada, tal vez lo había imaginado. Pero no, volvió a sonar, y ahora sabía con certeza de donde venía.

Se dirigió hacia el sofá, en donde hace poco estuvo su chico dorado.
Vio el celular, probablemente se le había caído en el impacto de su cuerpo con el sofá.
Lo tomo y encendió la pantalla, mostraba un contacto en incógnito, ya que solo tenía por nombre un signo de interrogación.

No pensó en invadir la privacidad de su novio, cada quien tenía sus conversaciones con sus amigos, aparte ella confiaba plenamente en el, ella sabía que ya no haría eso, después de todo se amaban el uno al otro.

Pero en cuanto quiso dejar el celular en donde lo encontró, sus dedos tocaron el mensaje.

Haciendo que se abriera la conversación.

¡Ah!, ¿Será que el mundo es cruel con ella? . . .

Silencio | KacchakoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora