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Chapter five: Funeral and Revenge

Adara se encontraba destrozada, su piel se había tornado más pálida, habían pasado 24 horas de la muerte de su padre.

Los chicos cambiaron las cenizas de Deucalion a un jarrón fino, para que Adara decidiera que haría con el.

Y lo hizo.

Las cenizas de Deucalion habían sido puestas dentro de diferentes semillas, que juntas iban a formar un gran árbol frondoso, y Adara se encargaría de que este creciera en su jardín.

El Sheriff Stilinski le había ofrecido a Adara que se quedara en su casa, pero Adara tomó la decisión de vivir sola, como mayor de edad, y el lo había aceptado.

–Estamos aquí presentes, para despedirnos de Deucalion –habló el sacerdote– quien cuidó a Adara toda su vida, para que nunca notara la ausencia de su madre. Deucalion fue un buen padre, una buena persona, cometió errores al igual que todos, pero los remedió. Adara, ¿Te gustaría decir unas palabras de despedida? –Era ahora o nunca, Adara se levantó y soltó las manos que Allison y Lydia sostenían, para dirigirse al micrófono y ver a los presentes, todos los que la querían estaban ahí.–

–Mi papá –se le quebró la voz, respiro un poco y hablo de nuevo– Mi papá era lo único que tenía, no tengo más familia, pero eso nunca me importo, el siempre hizo todo para hacerme feliz, siempre me cuido, tuvimos nuestras diferencias como todos –sonrió un poco– pero siempre supe que el me amaba, y siempre lo amaré, el me cambió mis pañales, el me vio gatear, mi primera palabra fue "Papá" –Soltó unas lagrimas y las seco rápidamente con sus Manos– La vida es tan injusta –Se quejó– El estuvo presente para verme respirar por primera vez, y yo tuve que verlo a él respirar por última vez –empezó a llorar Adara, Lydia y Scott se levantaron, Stiles esperaba a que Malia llegara– ¡No merezco esto! ¡Mi papá era todo lo que tenía! –Los ojos de Adara empezaron a brillar, y fue cuando Scott y Lydia llegaron a donde ella estaba y se la llevaron de ahí para sentarse con ella–

La despedida terminó y Adara se dirigió a casa con sus amigos, con el jarrón en sus manos.

Ahí en la entrada se encontraba Malia, con una cara de lastima.

Malia no quería que Adara sufriera de esa manera.

A penas Adara bajo del auto, Malia corrió a ella y le dio un gran abrazo, pues aunque no era el tiempo, Malia la había extrañado muchísimo, y la noticia de que había muerto le había destrozado el alma, pues Adara la había ayudado mucho.

Adara respondió su abrazo y empezó a llorar fuertemente. Malia no sabia que hacer y miró a los chicos atrás de ella, que le hacían señas con las manos. Dudosamente empezó a acariciar suavemente su cabello, como si estuviera acariciando un perro.

Pero a Adara no le importo.

Cuando se sintió lista se separó y sin decir nada se dirigió al jardín, donde ya habían cavado un hueco, ahí metería el contenido que yacía en el jarrón, esa había sido su decisión. Pero no podía hacerlo sola.

Los chicos notando esto se acercaron a ella y la ayudaron a regar las semillas y el resto de ceniza en el hueco, para luego enterrarlo.

Adara se quedó levantada sin decir nada, mirando la tierra, donde ahora se encontraba su padre.

Lagrimas empezaron a bajar de nuevo de sus ojos, pero no emitía ningún sonido, los chicos preocupados la abrazaron, esperando alguna reacción de la usualmente alegre Adara, pero ella estaba seria, ni siquiera notaban los movimientos de pecho, parecía que ni respiraba.

–Addy –habló Stiles– Sé que este es un momento difícil, yo pase lo mismo cuando murió mi madre-

–No tengo madre, ni padre, Stiles –interrumpió Adara, intentando que su voz no se quebrara cuando hablaba– Es diferente. –respondió cortante– ¿A dónde está Derek?

–No lo sé, tomó un camino diferente al nuestro –Adara asintió–

–No quise ser grosera Stiles, lo siento –murmuró Adara, pero a Stiles no le había importado, el estaría peor, por lo que asintió y le besó la frente para ubicarse detrás de ella con toda la manada–

A Adara le vinieron todos los momentos en el que su padre le decía que la amaba, todos los recuerdos empezaron a inundar su mente, y sin poder evitarlo comenzó a llorar y sollozar ruidosamente, y para ser sinceros, a los chicos les había dado ganas de llorar también.

Allison y Lydia le acariciaban el cabello suavemente.

Luego de unos minutos logró dejar de llorar y se volteó con ambos ojos brillando, un color violeta más oscuro de lo normal

–Voy a encontrar a esa maldita, voy a hacer que se arrepienta, y cuando la encuentre, no la voy a matar de una vez, voy a torturarla lentamente para que sienta todo el dolor que me hizo sentir –Sus ojos cambiaron de violeta a rojo– ¡Haré que la maldita perra sufra, y me ruegue para que la mate de una vez! La torturaré hasta que mis deseos de venganza dejen de estar en mi mente, entonces le quitaré los poderes y la mandaré al infierno.

Sin darse cuenta, Adara había creado una pequeña llama de fuego que se encontraba en su mano, la miró y la apago indiferente.

Los chicos tragaron saliva, no pensaron que ella reaccionaría así, preocupados querían intentar decir algo, pero Adara con cara seria pasó entre ellos y entró a su casa, dando un portazo.

–Sé que la venganza está mal, pero si alguien asesinara a mi madre, no lo dejaría vivo –admitió Scott–

–Si alguien mata a mi padre probablemente me volvería loco y mataría a todos, es normal sentir esos deseos –habló Stiles intentando convencerse de que Adara iba a estar bien–

–Yo maté a mi madre –comentó Malia confundida– ¿Me tengo que matar?

–No. –respondieron todos al unísono, Lydia rodó los ojos–

–Cuando mataron a mi madre, me volví loca, literalmente –Allison aportó, abriendo exageradamente los ojos–

–Si, yo fui evidencia de eso –respondió Isaac, Allison rodó los ojos–

–Supéralo –le respondió. –

–Pues a mi padre lo mataron y yo solo quería agradecer, es más, creo que le agradecí a Jackson –dijo Isaac, entretenido, sin importarle lo que los demás pensaban.

A penas esas palabras salieron de su boca, todos se abstuvieron de darse una palmada en la frente. Lo que decía Isaac ni tenía que ver. Fue Malia la que soltó una pequeña risa.

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