Era violeta.
Si, estaba mas que segura que el color que su piel desprendió fue violeta.
Pero ¿Cómo? Estaba mas que segura que no tenia color, no se lo había visto antes ¿Cómo es posible? Y ahora lo veo pero en una fracción de segundo.
-¡Es tu culpa!- gritó Alan acercándose amenazador hacia mi- ¡¿Qué mierda te sucede?!
Violeta, nunca había visto ese color en mi vida.
-Es violeta- murmure, es impresionante, Dios, soy impresionante ¡Descubrí su color!
-¿Qué?- pregunto sin entender.
-¡Es violeta!- ahogue un gritito de emoción, levantó un ceja y dio un paso atrás. Dios ¿Y ahora? Nunca había visto ese color. Tendré que estudiarlo y aprender ¡Que emoción! Un color nuevo.
-Estas loca- murmuro entre dientes y volvió adentro del edificio.
Muero por que llegué sábado y reunirme con su hermana.
Mónica no dejaba de comerse las uñas de sus manos, probablemente fuera a las de sus pies en poco tiempo. Suspire y le di un leve apretón con mi derecha en su muslo en un gesto tranquilizador.
Estábamos en camino a la casa de Alan a mi encuentro con su hermana y no podría ir sola, me sentí en la obligación de arrastrar al menos a la nueva integrante del periódico estudiantil para crear una cuartada fuerte. No podría decirle los verdaderos motivos de este encuentro a ninguna de las dos.
Anastasia pensaba que le crearía una reseña a su hermano y Mónica que conoceríamos mejor al enemigo.
En verdad me sentía algo mal por mentirles a ambas.
-¿Por qué debe ser en su casa?- volvió a protestar nerviosa. La verdad yo también lo estaba, pero Anastasia no podía salir de casa por alguna razón que no me explico.
-Porque si- volví a repetir- tu tranquila ¿Vale?
-¿Estas conciente que vamos directo a la casa de nuestro posible asesino?- dijo, pasando a comerse las uñas de su mano izquierda.
-No exageres- dije- además, Alan tiene entrenamiento hoy, Brean te lo dijo ¿No?
-Si
Ambas suspiramos, que Brean fuera sido amable de pasarnos el horario de Alan nos facilito todo. Después de todo no somos sus favoritas, en especial Mónica, quien le esta robando a escondidas a su jugador mas potencial, o eso escuche de un chico del grupo.
Mónica la roba jugadores.
Ese era su apodo cada vez que nos cruzábamos con las porristas o el equipo.
Nada agradable que digamos.
Pero Mónica es un hueso duro de roer, su autoestima sigue tan alto como el monte Everest.
-Llegamos- anuncie. Aparque el coche de Mónica, que por los nervios no logro conducir, frente a la enorme casa blanca de tres pisos. Tome mi pequeño bolso y me lo guinde en el hombro para bajar del auto.
-Valla- murmuro Mónica, la verdad impresionaba, era la casa mas grande del toda la cuadra.- el chico tiene su lujo.
Y si que lo tenia.
Nos acercamos temerosas a la puerta y toque el timbre. Esperamos... Esperamos y esperamos, hasta que finalmente una mona Anastasia enfundada en un simple camisón beige que le llegaba hasta medio muslo y su cabello rubio sujetado en un mediocre moño alto, nos abrió la puerta.
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El color de tu ser.
Ficção AdolescenteDesde que tengo memoria eh sido una chica diferente a las demás, no, para explicarlo mejor. Eh sido un humano diferente a los demás. ¿Cómo puedo explicarme? Logro ver, por así decirlo, la esencia de cada persona. Ese aroma que desprende nuestra pie...