Capítulo 3

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-Maliá, levanta tu gordo trasero, es tarde.- murmuran a lo lejos, no consigo distinguir de quien proviene la voz que me saca de mi preciado remoloneo.

-Si no te levantas, le contaré a mamá que fuiste tú quién rompió su jarrón favorito,y no el pobrecito gato de la vecina.

Al oír eso me levantó alarmada,si mi madre se entera que fui yo, me deshereda.

-¡YA ME LEVANTÉ!-exclamo de mal humor sacando el edredón de mis piernas.-¿Qué hora es? -Pregunto al ojiverde sentado en mi colchón.

Él saca su celular del bolsillo y tras ojear la pantalla responde.

-Las 7:40.

-¿¡QUÉ?! Es tardisimo!-me levanto de un salto y preparo mi uniforme entre maldiciones.-Por qué no me despertarte antes? Maldito descerebrado.-mascullo hacía el ojiverde que parece causarle gracia verme haciendo malabares para hacer a tiempo.

-Me fui a duchar y lo olvidé. Además, se supone que tu celular tiene una aplicación llamada alarma, hermanita.-responde encogiendose de hombros.

-Mi fui i dichir y li ilvidi.-le hago burla dirigiéndome al baño de mi cuarto para ducharme.

-Te espero abajo para irnos,te llevaré yo porque conociendote irás a 200 km por hora para no llegar tarde. Tienes cinco minutos.-grita desde mi habitación y escucho como cierra la puerta dejándome sola.

Me pongo shampoo en mi cabello y masajeo suavemente creando la espuma con aroma a frutos rojos, dejo que se enjuague sólo con el chorro de la ducha mientras me paso el jabón por el cuerpo, terminando me pongo acondicionador y tras 2 minutos más,salgo envuelta en mi bata.

Me pongo ropa interior y luego mi uniforme.Tomo mi mochila y rezo que el cabello esté bien peinado porque no tengo tiempo de mirarme al espejo.

Bajo las escaleras al trote y mi hermano no está,mis padres tampoco, estan de viaje por los diseños de la nueva temporada. Así que salgo al porche cerrando la puerta principal con llave tras de mi y me subo en el auto del ojiverde aguardando por mi.

Lydia me mandó un texto informandome que iría en su auto así que no debo preocuparme por recogerla.

Llegamos exactamente con dos minutos de anticipación y al bajarme diviso a la rojiza recostada sobre su coche esperándome impacientemente revisando la hora en su celular.

-No te desesperes, ya estoy aquí.-ella levanta la vista esbozando una sonrisa mientras se dirige hacia mi.

-Perra, creí que no vendrías tratando de escapar de nuestra cita doble de hoy.-murmura mientras engancha su brazo con el mío y nos dirigimos a nuestra primera clase,matemáticas.

-Hubiera sido una buena idea, pero me habrías dejado de hablar por un mes.-añado rodando los ojos, ubicandos en nuestro lugar al fondo del aula.

-Exactamente.-finaliza sonriente.

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Suena el timbre que indica el fin de la clase y el comienzo del horario de almuerzo, junto mis cosas rápidamente y busco huir de mi amiga entre el tumulto de estudiantes que se agolpa en la puerta del aula, misión la cuál resulta imposible.

-Hey! ¿A dónde crees que vas?-exclama poniéndose a mi lado tras enganchar mi brazo para así,salir al corredor atestado de estudiantes.

-Lyds, no quiero, por favor.-ruego a mi amiga con un puchero.Ella ríe negando con la cabeza y camina conmigo a rastras hacia el comedor.

-Maliá, son chicos, no monstruos que te robarán la virginidad. Además,estamos en el instituto y no estarás sola, estarás conmigo.-me tranquiliza mientras elige su almuerzo vegetariano.

Inesperado AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora