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Jimin sacó de las manos la soga de su compañera para amarrársela a la cintura. Ambos asintieron en silencio.

- ¿Recuerdas qué es lo que tienes que hacer? - comenzó la charla la segunda.

- Sí.

- Muy bien. Ve.

El pelinegro se abalanzó por el agujero del techo, bajando suavemente, de manera horizontal.

De su bolsillo sacó un delgado lápiz azul oscuro. Presionó el botón y acercó luego el objeto hacia la destellante luz que titilaba debajo de la pálida luna llena.

Después de segundos, volvió a guardar la lapicera. Le hizo una seña a la familiar, haciendo que luego bajara más. Con sus cuidadosas manos, tomó el diamante color esmeralda. Lo guardó. Entonces sintió cómo lo volvían a elevar. Cuando llegó a arriba, se paró al borde. Tambaleó un poco, siendo agarrado por la otra.

- Dios mío, ten cuidado. - Aconsejó. - Podrías caerte y hacer que nos descubran.

- Sí, perdón Kang. - Le dio una suave sonrisa.

- No me llames por mi apellido. - Frunció su nariz. - Vamos Jimin, somos compañeros, ¿Nos tenemos confianza o no?

El pelinegro mayor la acercó a él y dirigió sus labios, dándole un beso en su coronilla.

- Tenemos que irnos, antes de que caigamos en una trampa.

La chica asintió en silencio, no estando muy a gusto con la decisión, pero teniendo en cuenta que era justo.

Dio un suspiro.

- Dame el diamante.

- ¿Qué? - Jimin rió retrocediendo hacia el lado opuesto del tejado. - ¿Crees que no puedo hacerme cargo de una joya? ¡Vamos Myeong Ji! Ten más confianza... - puso su mano sobre su pecho con una vil sonrisa.

- Idiota, ve por dónde caminas. Te caerás y no iré por ti, ¿Entiendes?

El mayor rodó sus ojos dando un respingo.

- Haces que esto no sea divertido.

- ¡Esto es serio! - exclamó la peli castaña, no tan alto. - ¿Cómo se te ocurre? Somos criminales, parte de una mafia. Al momento de la acción hay que actuar bien.

- Bueno, ya pasó. Fue exitoso, tenemos el objetivo.

- Aún no. Si llegamos con el diamante, resultará un éxito. No te apresures chimchim. - Dio un codazo burlándose del mayor.

- Primero: no me digas chimchim, y segundo: ven conmigo.

Myeong Ji quiso protestar, pero luego borró lo que quería decir al ver al chico pálido allá abajo con sus manos en los bolsillos de su pantalón y ojos entrecerrados, una mirada buscadora.

Era obvio que los esperaba.

Rápidamente tomó al pelinegro de los hombros y lo agachó junto con ella.

- ¿Q-...?

La menor puso su índice sobre la boca del mayor.

- Ahí está, así que procura hablar en voz baja. - Susurró.

- Yo me encargo, se irá.

Jimin dio un guiño. Pero eso no hizo que la menor quedara satisfecha. Con preocupación frunció el ceño.

- No, no lo harás. Provocarás a la mafia G. No queremos estar en guerra con ellos por culpa tuya. O suya. - Señaló con la barbilla al azabache.

Differents Black Sides | YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora