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– ¡Aish! – se quejo Taehyung cuando en su intento de apagar la alarma tiró su celular al piso. ¿Por qué su primer dia de clases era siempre igual? Sus mañanas eran un desastre. Se baño rápidamente, pues ya era un poco tarde, y bajo a desayunar en bata, luego se detendría para escoger lo que iba a usar hoy. La empleada de servicios estaba esperandolo con un gran desayuno y una enorme sonrisa en la cara, pues Taehyung siempre fue como un hijo para ella a pesar de que solamente trabajaba para su padre. Luego de haber quedado completamente lleno, subió al segundo piso donde se encontraba su habitación y entró a su armario, un gran armario donde había ropa a lado y lado y en el fondo de el aquel cuarto había un espejo reluciente donde todas las mañanas observava su figura. Se quedó mirandose unos largos minutos, observando sus cabellos rubios que ya estaban un poco largos y su piel levemente bronceada que contrastaba con grandes ojos cafés y esa sonrisa cuadrada que mataba a cualquiera. Hoy seria un gran día, ¿cierto?, bueno al menos eso era lo que se decía los primeros días de clases, aunque esta vez era diferente, este día sería su último primer día de clases, pues Taehyung ya estaba en último año y se graduaria del instituto para finalmente entrar a la universidad. Pondría todo su empeño este año para tener buenos resultados y así poder hacer orgulloso a su padre, pues sentía que le debía la vida desde que sacó de aquella casa que aunque lo habían rescatado de su abandono, nunca se sintió como un hogar. Escogió un jean ajustado pero solo lo suficiente,una camiseta blanca y una chaqueta de cuero. Lavo sus dientes rápidamente y se aplicó un poco de perfume, algo que no solía hacer todos los días. Tomó las llaves de uno de los carros que su padre le había dado a través de los años y partió rumbo a su instituto. Antes de entrar tomó aire y acomodo su ropa, paso su mano por su cabello que ya había quedado despeinado y entró. Todo seguía igual, los mismos colores, el mismo olor, la misma gente. De repente alguien lo abraza por detrás.
– ¡Tae Tae!— sonrió al saber de quien se trataba.
– ¡Jimminie! – se volteó y sonrió al ver que su mejor amigo estaba levemente más alto y con un nuevo tono de cabello.
– ¿Notaste mi cambió de look? — sonrió el menor pasando la mano por sus cabellos castaños.
– Si lo note Minnie, te ves muy bien así, me alegra que por fin cambiaras ese rojo.— Jimin sonrió y se sonrojo un poco ante el comentario de su amigo.
– ¿Deberiamos ir a clases ya? — dijo Jimin aún sonriendo y sus ojitos formando una bonita línea recta.
Taehyung se en enterneció, pues su amigo era una bolita de amor que expiraba felicidad y río un poco al notar que en verdad eran diferentes, pues el, a comparación de Jimin, era mucho más reservado y frío, sin embargo su actitud cambiaba con el menor, pues el era el único que verdaderamente lo conocía y lo entendía desde que eran pequeños, el siempre estuvo ahí cuando nadie más lo estuvo y la vida los unió para siempre cuando fueron adoptados al mismo tiempo y sus nuevas familias eran amigas y socias, pues tanto la familia Park como la familia Kim son dueñas de dos de las empresas más poderosas de Corea, una de las más importantes líneas en el país.
– ¿Tengo un moco o que? – dijo Jimin fingiendo molestia, más no podía fingir con el mayor, mucho menos teniendo esa carita de bebe y esos pucheros que hacían que se viera demasiado tierno.
– Si, justo acá – Tae introdujo su dedo en la nariz del menor con total confianza. Ambos empezaron a reír como retrasados, pues caundo estaban juntos su parte estúpida salía a relucir. Ambos disfrutaban de su compañía. Jimin dejó de reír justo cuando vio que el mayor se había quedado mirando la entrada del instituto y entonces notó que algo le gustaba, noto como los ojos de Taehyung se iluminaron y y sus labios se quedaron entre abiertos. Siguió con su mirada los ojos de Tae que estaban fijos en la puerta principal y ahí estaba, ahí estaba aquel chico pálido, con cabellos negros y labios rojos; se notaba perdido, seguramente no sabía a donde ir o que hacer. Tae nunca había visto a alguien tan lindo e inocente, pues a través de los ojos de él chico se podía ver claramente miedo y tristeza, cosas que el sabía ocultar, pero claramente aquel chico no era ni consciente de lo que su carita expresaba. Estaba decidido a hablarle pero otro muchacho se le acercó primero y lo guió hasta el casillero que seguramente era el suyo, se iba a dar la vuelta y volver a su graciosa conversación con Jimin pero se congeló cuando el chico nuevo que estaba dándole la espalda volteó primero; sus miradas se conectaron por unos segundos pero se apartaron cuando Yoongi interrumpió llamando a azabache.
– ¿Jungkook? – así que así se llamaba. Jungkook volvió en si y siguió hablando con el de tez pálida.
– Bien – Tae se giro quedando nuevamente cara a cara con Jimin – Vamos a clase –.
Entonces Jungkook observó como la pareja de amigos se iba caminando por el pasillo y se sonrojo al récordar lo que había pasado minutos antes con el mayor.
– ¿Quien es el? – pregunto el menor.
– ¿El? – Yoongi señaló el camino por donde Tae y Jimin iban caminando. El menor asintió.
– El es Park Jimin – y Jungkook se sonrojo con sólo escuchar su nombre.

KILIG <<vkook>>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora