Capítulo 8

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En algún punto, el asunto había dejado de ser incómodo para pasar a sentirse relajado y ameno.

Las clases habían terminado y era el día en que Todoroki y Midoriya habían quedado para verse y continuar con su proyecto, ésta vez irían por la ciudad tomando las fotografías de los haikus que habían escogido con anterioridad.

El pecoso se encargó de analizar los pequeños textos mientras que Todoroki los traducía, el trabajo escrito lo harían juntos después, primero tomarían las fotos. Midoriya prestó con gusto su cámara.

La situación comenzó siendo incómoda para ambos. Por su parte el bicolor actuó más atento de lo normal desde que salieron del salón. Le abrió la puerta y le cedió el paso, según él, trataba de ser "caballeroso" como Momo dijo.

Caminaron juntos hasta el parque cerca de la escuela donde sería un buen lugar para tomar algunas de las fotos y después irían a la ciudad.

Momo le aconsejó que se acercara más a él, que creara recuerdos con el chico, tal vez eventualmente se vuelvan muy cercanos y él tendría el valor de confesar sus sentimientos. De cualquier manera, no quería apresurar las cosas, que todo siguiera su curso era lo mejor que podía pasar.

El asunto se volvió complicado por no decir molesto cuando Izuku le contó lo sucedido con Shinsou y le rogó por un consejo. Desde ese día no le había hablado pero trataba de ser lo más amable posible cuando se lo topaba en pasillos o en el almuerzo. Al bicolor eso no le importaba, no por el peliverde sino por el otro sujeto que también quería a Midoriya y se le había declarado, sin mencionar que le besó la mejilla.

Repentinamente se sintió muy enojado pero no era la culpa del pecoso, aún así no pudo evitar mostrarse reacio a darle un consejo.

¿Qué podía saber él del tema? Quería apoyar a Midoriya por supuesto pero en ese caso no sabía cómo hacerlo, el chico se veía desesperado pero sus sentimientos nublaron su juicio.

Por más que trató de darle una respuesta decente o al menos tranquilizadora lo único que salió de su boca fue un: “Ignóralo”

Su cerebro le decía que había sido muy descortés. El peliverde había acudido a él con toda la confianza como para pedirle ayuda y esa no era la respuesta que merecía. Pero de alguna manera se sentía molesto. Midoriya no era de su propiedad pero le irritaba que alguien más estuviera interesado en él.

No pronunció otra palabra en todo el camino, estaba enojado y no quería decir algo que pudiera lastimar  los sentimientos del pecoso o arruinar más la situación.

Creyó que toda la tarde sería así de incómoda pero cuando llegaron el ambiente cambió por completo.

En el parque había muchos árboles de cerezo que comenzaban a perder sus flores por la llegada del otoño. La vista era un mar de pétalos rosados inundando el suelo y las copas de los árboles. Perfecto para el primer haiku.

Lluvia de flores
Un cuervo busca en vano
su nido

Con palabras sencillas y cortas te obliga a imaginar movimiento, es una imágen dinámica encerrada en versos estáticos.

Incluso aunque no lo fuera, el texto podría representar una metáfora, no necesariamente tenía que ser un cuervo en busca de su nido literalmente, bien podría ser una persona perdida en sus problemas y debido a su perspectiva no encuentra la solución.

Todoroki no pudo evitar identificarse un poco.

En vista de que el pecoso era el dueño de la cámara y quien sabía manipularla, acordaron que el primero en aparecer en la foto, representando al cuervo, sería el bicolor.

Give me love [Tododeku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora