2.¿Que estás haciendo?

24 2 5
                                    

Después de las decisiones que tomé, decidí empezar cuanto antes, desayuné un zumo y una tostada, estoy orgullosa. Luego fui a hablar con mi hermano, ¿y sabes como me agradeció mi ayuda?, cerrándome las puertas en las narices. Mi hermano es muy egoísta, a ver, que sé que es autista y ese rollo, pero mi madre no ha hecho  un buen trabajo educándole. Vale, ese pensamiento no ha sido muy yo, normalmente soy mucho menos egoísta, pero Tony me decía que serlo es lo mejor. También ha sonado fatal.

-Sam, desayuna que llegas tarde al trabajo- me dijo mi madre.

- A ver Señora a la que llamo Mamá- contesté -. ¡Qué guapa...!

- ¿Qué quieres?

- Puede, que me despidieran por saltarme todos mis turnos- respondí- durante una semana y, después... Tony insultó a mi jefe.

Después de mi confesión, me dejaron cuidando de Lowel, cosa que no esta mal. Me fui al salón a ver la tele con mi hermano y a tomarnos un helado. Vimos un rollo de película con la que dos años atrás nos hubiéramos reído bastante, pero ya no. Tony solía decirme que la vida es una, y que no debería malgastarla con un autista, me arrepentí de haberle hecho caso. Ese era uno de los defectos de Tony, hacer a la gente mirarse en un espejo y decir: "no me merece nadie".

Cuando acabó el rollo patatero que nos estábamos tragando de gratis, se tumbó en el suelo y se puso a hacer una de sus "costumbres", básicamente son las manías de mi hermano. Esta era más rara de lo habitual y mucho más complicada. Era como intentar comerse una patata entera haciendo el pino en un limonero. 

-¿Qué estás haciendo? - pregunté. 

Después me di cuenta de lo que hice.

- Lowel, no quería decir eso.

Cuando esas palabras salieron de mi boca, hicieron que Lowel se enfadara. Se encerró en su cuarto, insultándome. Me lo merecía. Cuando eramos pequeños, estábamos en un colegio en el que se burlaban de él. Todo lo malo que le hacían empezaba con una sola frase, pregunta, mejor dicho, ¿qué estás haciendo? Por eso le había prometido que nunca le haría esa pregunta, ¡se la he hecho! 

Últimamente no sabía lo que me pasaba, y todo era culpa mía. El comportamiento de mi hermano, mi barriga gorda, todo. Era una egocéntrica y una imbécil y una cerda como Tony , espera, no fue mi culpa sino la de mi ex-novio. Él me hizo creer que era el ombligo del mundo, el solía decir que tenía que verme a mi misma más que a mi hermanito con un problema mental. Suena fatal dicho en alto, y lo peor es que estaba cegado por sus bombones. Ahora que lo pienso, seguro que ponía una poción de amor en plan siniestro y horripilante. La próxima vez que vea a ese cerdo le voy a pegar y a dejar un ojo morado.

-Mira Low - dije desde fuera de su habitación -, no he podido evitarlo, hace mucho que no cuido de mis palabras, Tony es diferente a, bueno, a ti.

-Sam, no tienes excusa - me contestó -. Te avisé sobre Tony y no me hiciste caso.

De pronto, la imagen de mi hermano intentando avisarme me vino a la cabeza. Estábamos en casa mi hermano y yo,  sentados en el sofá de cuero marrón que teníamos en una esquina. Me decía que aunque fuera popular, no significaba que era bueno. Veintiún años y todavía era más tonta que mi hermano pequeño de dieciséis. 

Me fui a la cocina a cenar judías verdes. Después de diez minutos irrumpió en la cocina y me dijo:

-Sam, te perdono.

Y se fue. Yo creo que fue como una decisión que tomó, perdonarme por mi crueldad y el nuevo Sam-centrismo. No pude evitar pensar que pasaría en el colegio de Lowel.

ValeraWhere stories live. Discover now