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Desde que Izuku llegó a su vida tuvo un cambio radical. El es un cazador de sombras. Su familia también lo es y por tanto se supone que el también debía serlo. Por razones desconocidas no formaba parte de la causa de cazar demonios. Aun tiene muchas dudas que resolver sobre los cazadores de sombras, su misión e historia pero no quiere preguntar a alguien de su familia, el sentimiento de traición persiste.

Ha pasado una semana desde la última vez que vio a Izuku. Cuestionó a su madre acerca de su paradero mientras ella lavaba la loza. Lo único que le dijo fue que pronto volvería y que no se preocupara, le dio una sonrisa y volvió a fregar un plato. Un día después tuvo un sueño muy extraño.

Se encontraba en medio de una ciudad desconocida. El vestía de negro, en su mano sostenía algún tipo de arma de filo que no supo identificar y frente a él tenía a un Izuku a punto de desplomarse con una herida en el estomágo y pequeños cortes en sus brazos. Antes de que tocara el suelo lo atrapó en sus brazos recostándolo con cuidado sobre sus piernas. Sus ojos verdes perdían su brillo poco a poco.

Recuerda haber sostenido sus manos contra su pecho, besar su frente y decirle que no se fuera.

Lo siento Shochan

Despertó abruptamente con la respiración agitada. Se sorprendió al sentir lagrimas descender por sus mejillas y con una sensación de tristeza en su pecho. ¿Qué fue eso? Soñó con lo mismo tres días e Izuku seguía sin volver. Se sentía extraño respecto al sueño, no entiende que tiene que ver o porque tuvo ese sueño y eso le inquietaba de muchas maneras.

Despertar temprano es algo que a mucha gente le cuesta hacer, aun mas al bicolor que ama dormir pero aun si se levantó alrededor de las ocho de la mañana porque no pudo conciliar el sueño luego de que sus vecinos comenzaran a gritarse entre sí. Decidió levantarse para realizar ejercicio y después de correr por el vecindario durante una hora, luego de ello regresó a terminar su rutina en su habitación. Después de haberse dado un baño y bajar a la cocina su madre ya tenía puesta la mesa.

—Gracias

— ¿Qué tal esta el día?—pregunta su albina madre para iniciar una conversación mientras almorzaban.

—Hace calor y las personas lo disfrutan paseando por ahí

—Ya veo

Con esa corta platica se dio cuenta que aun seguía, de alguna manera enojado. Se siente un poco tonto, pero no puede evitarlo.

Recogió y lavó los platos al terminar. Con la información que Izuku le dio no es suficiente y necesitaba buscar donde encontrarla y la mejor opción que se le vino a la mente fue la biblioteca. Dicen que siempre encontrarás las respuestas ahí.

Horas más tarde, mientras caminaba bajo el inclemente sol de verano se dedicaba a observar con más ahínco a las personas. ¿Qué si tiene miedo? ¡Claro que lo tiene! De ser otra persona se hubiera encerrado y tomaría la decisión de no salir nunca más. No sabe nada del mundo de las sombras al que aparentemente pertenece pero espera encontrar las respuestas que necesita en la biblioteca.    

Atravesando el parque por el que sufrió el ataque y cinco calles más llegó a la biblioteca del centro que era un enorme edificio de tres plantas, con grandes estantes de libros y sillones para leer. Al llegar fue directo con la joven bibliotecaria que atiende en recepción.

—¿Buscas algo?—pregunta con total descaro, aquella chica de ojos azules le dirige una mirada para nada inocente.

—Sí, ¿Existen libros sobre mitología? Específicamente de ángeles y demonios.

No sabía si tenían algo como eso pero valía la pena intentar.

—Por supuesto. Tomas el elevador al segundo piso, en la sección de demonología en el pasillo 7 ¿Te llevo?

La Sangre del Nefilim [Tododeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora