poemas de till

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Adicción

Ella no me ha mentido todavía

Yo sé que no me abandonará

Alrededor de mi alma ha tejido una red

Sus mil brazos se aferran a mí

Ella vino cuando mi voz se quebró

Su cuna, mi mano fue

Tan cerca en la noche al dormir yacemos

Sigue mientras otras relaciones no duran

Ella me hace temblar y me congela

No tiene compasión ni piedad

Se le puede comparar con odiosas bestias

Pero mi Adicción no tiene nombre.




Viva Andrómeda

En relucientes armaduras está mi ejército

De ¡ay!- diez mil ilusiones

Decoradas con listones y con banderines

Yo soy el jinete en el Caballo blanco

El precursor de la alborada

Sin conocer el horizonte

Mientras mi flota espera la señal

Que yo daré cuando sea tiempo

Para ultrajar a los que no acosan

Y así entonces conquisto sin distinción

Las batallas nunca duran demasiado

Sí, todos los Dioses siempre de mi lado

Salen de las galerías y de las urnas

El eco de su curiosidad murmura

Cuando atrapo de volada al enemigo

Vidas y posesiones y bienes

Para regalarte apropiadamente

Eso te hará querer pertenecerme

Cuando haya luchado con el Dragón

Con los ojos más chispeantes que nunca

De sus fieras cabezas

Ahora cae con gracia el anillo para el suave dedo

Para la promesa de que vivas siempre

Bien bajo mi solitario techo

Y justo su sangre sea lo que la selle

Los labios justo como alas de libélula

Ya que ciertamente habían de ser

Para mi boca solamente

No me he inmenso en sus entrañas

Que en ese entonces, cual blanco lino yo

Tan elaboradamente ciño, oh,

Alrededor de tus caderas

Ya que son como de vidrio

Necesitan refugiarse de cada latido

Así que yo solo soy

La Torre del Deseo en tu Paraíso

Piedra sobre piedra y gentilmente erecta

Justo hacia el Cosmos de Deseos Terrenales

Andrómeda, yo puedo verte

Nunca estuviste tan cerca como en estos días

Aquí mis ojos contemplan un milagro

Fiesta ceremonial celebrada en todas partes

El caballo blanco será mi destino

Resuenan trompetas a través de los tiempos

Para proclamar la Victoria por todos los tiempos

Aunque el anfiteatro y el palco sigan vacíos

Y no caiga la oscuridad en la noche

Un año queda para mí y dos días tengo

Para escribir lo que me ha pasado

Nada cura el dolor de este fraude

Y traicionado, lamo mis heridas

Dirijo mi rumbo al Hogar

El cielo se tiñe con el óxido de las armaduras

Lanza quebrada con la gracia que desprecia

La única buena presa

La polvorienta sonrisa tuya

Y la corona que no puede iluminar el camino

Mientras estoy cansado y tan falto de fe

Y todos mis hombres muertos

Ya no queda fuerza para poner en pie

Un nuevo ejército

Mr. Rammstein Donde viven las historias. Descúbrelo ahora