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Como supo desde el inicio, Taehyung no pudo dejar quietas sus manos por mucho tiempo. Ellas iban donde el pequeño para conseguir el mínimo contacto posible y no estaba bien.

Taehyung debió tener suficiente con el pequeño besó que robó. Pero no, era un maldito adolescente codicioso necesitado de más afecto de Jungkook.

Nada tenía sentido. Querer las atenciones del niño a una escala de no poder pensar en otra cosa que quererlo en sus brazos, sentir el peso de su pequeño cuerpo, su olor, esa sonrisa tan preciosa... Ya no era por molestarlo. Él simplemente quería hacerlo.

Taehyung culpaba a Jungkook por todo. Los lindos gestos que hacía en cada escena que observaba la televisión no ayudaba mucho.

Ese niño era demasiado adorable. No dejaba que Taehyung pensara correctamente.

El castaño se acercó con lentitud, rozando con delicadeza la suave cabellera del pequeño con sus dedos.

Sus manos instintivamente iban por la nuca del pequeño, apretando suavemente a su antojo esa lechosa piel de bebé. Tan suave. Esta vez acarició con lentitud. Jungkook suspiró.

—Tae...tae..

Sabía que tenía que detenerse. Tocarlo no estaba bien. Mirarlo como lo estaba viendo no estaba bien. Querer besar esa pequeña boca rosada era incorrecto pero...Taehyung no tenía suficiente.

Él necesitaba más. Más contacto con su suave piel, quería sentirse más cerca de su pequeño. Quería escuchar los latidos de Jungkook, esos latidos calmaba cualquiera de sus angustias. Jungkook siempre sabía cómo hacerlo sentir tan querido con unos simples gestos o palabras.

Su mente repitió que debía aprovechar la distracción del niño para fastidiarlo un poco dándole el cariño que tanto estaba desesperado por darle. Eran toques inocentes, nada malicioso. No tenía de qué preocuparse.

No iba a conseguir con facilidad que el niño lo perdonara después del incidente del beso que al parecer a Jungkook no pareció gustarle mucho. Tenía que recibir sus atenciones de este modo hasta que se le pasara el enojo y lo dejara mimar sin tener que usar su distracción.

Sus manos trazaron esta vez un recorrido invisible y allí estaba otra vez, Jungkook respirando un poco pesado.

Tan malditamente adorable.

—No me estás dejando ver la televisión—Jungkook se quejó finalmente después de unos minutos cuando las inquietas manos del mayor no pudieron más y atrajo al pequeño hacia su cuerpo, a una distancia lo suficientemente cerca para poder hacer temblar a Jungkookie con el simple contacto de su aliento en el cuello del niño.

—Es porque Jungkookie me está ignorando y quiero que me hagas caso. Estoy triste. No me gusta cuando Jungkookie me ignora.

Jungkook giró para ver al mayor y vio tristeza en su mirada.

Sí. El rechazo de Jungkook dolía y tener un mínimo de contacto físico calmaba unos segundos el dolor que venía de su rechazo.

Ojalá supiera cuánto le dolía cuando Jungkook pasaba de él y no le tomaba atención. Era el peor castigo que Taehyung podía recibir.

—Lo siento Taetae.

Taehyung envolvió sus brazos en el pequeño y se quedó así por unos largos segundos hasta que tuvo suficiente de sentirse amado por el niño. Cuando Jungkook estuvo lo suficientemente relajado y cómodo lo subió a su regazo.

—Taehyungie, n-no. Yo peso mucho. No quiero molestarte. Bájame.

El niño mordió sus labios inferiores cuando terminó de hablar, queriendo bajarse, posando su mirada al suelo en signo de vergüenza por estar en esa posición.

Realmente el pequeño no quería que Taetae pensara que pesaba mucho. Últimamente sus amigos decían que sus mejillas estaban un poquito gordito. Tal vez Jungkook estaba engordando pero la sola idea terminaba de incomodarle. Él no quería estar gordito. Jungkook no quería que Taetae pensara igual que sus amigos. Si el mayor hacía eso haría doler el corazón de Jungkook. No habría más abrazos ni cargadas de parte del mayor.

—¿De qué hablas Kookie? No pesas nada. Estás muy delgado. Estás tan delgado que vas a desaparecer. Esta noche voy a alimentarte más. Hoy tendrás doble ración de cheesecake de fresa.

—¡Taehyung!—Jungkook reprochó al mayor.

¡Él estaba hablando en serio!

—¿Ya no soy Taetae?

—¡Tae!

—Está bien, está bien. Solo quédate así.

Con el rostro avergonzado el pequeño se dejó hacer. Trató de volver su atención en la pantalla gigante tomando la posición de su cuerpo inicial y dejó que Taehyung le diera suaves caricias por su cabello hasta que pequeñas risitas escapaban de él.

—Taetae...me, me haces cosquillas.

La nariz de Taehyung estaba frotando el cuello del pequeño y de vez en cuando dejaba besos húmedos por la zona. En ciertos momentos eso hacía reaccionar a Jungkook ya sea porque sentía cosquillas o porque suspiraba sin saber porqué.

—¿Puedes darle un besito a tu Taetae?

Jungkook no respondió de inmediato pero cuando lo hizo él respondió con una pregunta con evidente confusión.

Nunca se negaba a darle besos pero ahora parecía que no eran esos besos que Jungkook siempre estaba acostumbrado de dar al mayor.

—¿En el cachete?

—No.

Evidentemente Jungkook no se equivocó. Jungkook volvió a preguntar.

—¿En la boquita?

—Sí.

El silencio volvió a martillar el corazón del castaño. Su corazón iba a mil esperando la respuesta afirmativa.

—Está bien pero solo uno.

La pequeña boca de Jungkook tocó suavemente los de Taehyung en un suave presión y el mayor se rió bajito por el inocente e inexperto beso.

Tan lindo. Quería comérselo a besos.

—Eso no es un beso—el mayor volvió a reírse pero esta vez más fuerte siendo escuchado por el pequeño.

—Te estás riendo. Hyung malo. Yo no sé esas cosas. Nunca he besado.

El menor hizo un puchero y apartó la mirada.

Jungkook parecía ofendido y avergonzado. Taehyung no podía dejar de admirarlo pese a la evidente incomodidad. Él era tan hermoso y tierno.

—Yo te voy a enseñar.

Mimos [vkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora