Susurros de un pasado.

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El clima frío del invierno por fin se empezaba a sentir.  Las gotas de la lluvia caían por la ventana en un desliz de velocidad y acrobacias. Mientras más pasaba el tiempo más molesto resulta el sonido de llamada de su celular. Una, tras otras, tras otras, tras otra, sin parar, no solo lleno de llamadas, si no también de mensajes de texto por medio de todas las redes sociales disponible, todos de la misma persona. Axel se mantenía inmóvil en su habitación, aún eran las vacaciones, a pesar de sentir un gran vacío por dentro el evitaba que los demás pudieran darse cuenta de su situación, oculto todo a sus amigos y familiares, mostrando siempre su amable sonrisa, siendo más falsa que la estabilidad emocional que el tenía.

No quería causar problemas, no quería que los demás se preocuparan por el, prefirió tan solo mentir con que se encontraba enfermo para evitar que se preocuparan tanto por el y mantenerse solo en su habitación que era lo que el más quería.

Mientras las horas pasaban las lágrimas no dejaban de brotar de su rota mirada mientras su mente se mantenía llena de los recuerdos de todos y cada uno de los momentos que pasó con la chica que amaba. Recordando una y otras vez todas esas frases y promesas vacías. "Juntos por siempre". Un por siempre tan corto que parecía un parpadeo. "Solo te quiero a ti". Y a todas esas personas que igual conocés. "Te amó". Grandes palabras sin valor que tan solo fueron pasajeras. Tantas risas que pasaron, tantos besos que se dieron, tantos regalos que se entregaron, todo eso no eran más que susurros de un pasado que jamás volverá. Tres años. La etapa más feliz de su vida, viviendo engañando por más de una tercera parte de ese tiempo. El tan solo trataba de olvidar, pero esos recuerdos seguian ahí, torturando su mente con aquellos momentos que lo hicieron feliz y ahora tan sólo están deshaciendo todo lo que Axel había creado en todo ese tiempo.

Ya había pasado una semana desde aquel trágico día, el fin de año estaba tan solo a la vuelta de la esquina acechando en la oscuridad para llegar por sorpresa al igual que todo lo demás en el año, paso volando tan rápido que ya no resulta raro pensar en el futuro. A pesar de su estado de ánimo el cual se encontraba completamente destruido eso no evitaba que las necesidades de su cuerpo gritaran por ser atendidas, sin poder negarse, Axel se paró al baño para saciar sus necesidades, tras terminar decidió lavarse el rostros como si pudiera ayudar a borrar su dolor. Y fue ahí cuando lo ví, en la imperturbable tranquilidad del espejo pudo observar su mayor miedo. El mismo. Cabello largo y muy despeinado para un hombre, ojos cafés llenos de lágrimas aún frescas, su tez morena contrastando con su mirada sin vida, todo eso en 1.80 metros de estatura. Ese era el, su mayor miedo y peor enemigo. No podía evitar sentirse peor ante todo aquello que sucedida y el sonido de su celular solo molestaba más y más hasta que finalmente decidió apagarlo para evitar a esa persona, pero al tomarlo vio algo raro, en medio de todas ese mar de llamadas perdidas y mensajes de la misma persona se encontraba uno de diferente remitente, este era corto y sencillo, tanto que tomo a Axel por sorpresa con la guardia baja.

"Te veo en una hora en el centro, se que vendrás".

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