Cap 11

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El cielo estaba más claro y hermoso que nunca, bueno así lo veían Taylor y Laura, no existía nada que pudiese opacar la inmensa felicidad que se albergaba en ellas dos, se disfrutaban cada minuto que pasaban juntas, la ventaja de Taylor era que no tenía un horario para llegar a su trabajo, la fundación prácticamente se manejaba sola, ella solo iba por los pendientes, pero realmente si no quería no necesitaba ir, a menos que fuera meramente necesario.

Al salir de casa de Laura aun iban tomadas de la mano, Taylor la acompañó hasta su auto, antes de que entrara en el volteo a ver a en todas direcciones, comprobando que no había ni un alma en la calle, le estampo un beso, le abrió la puerta, dejando que Laura subiera, espero que lo encendiera, pero este no lo hizo, intento varias veces, y nada....

-Demonios, no funciona. Golpeo el volante

-Suerte que aun no me iba, te llevaré, así disfruto un poco mas de ti, gracias amigo, te debo una. Palmeo el auto, Taylor sonrió al ver la expresión de Laura..


-De modo que mi auto te debe una, pues para mi mejor. La tomo de la mano para subir al audi de Taylor...

-Vamos cariño, no quiero que llegues tarde, si no te molesta pasare a ver a Mickey

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-Vamos cariño, no quiero que llegues tarde, si no te molesta pasare a ver a Mickey...

-Se pondrá feliz de verte......

Al llegar al hospital, Taylor bajo y rápidamente rodeo el auto para abrir la puerta permitiendo salir a Laura, esta le dio la mano que a los pocos minutos soltó muy discreta, para Taylor cuidar la imagen de Laura era primordial, así lo entendió la pelinegra, que solo le sonrió.

- Iré a ver a Mickey. Le dijo Taylor ya estando dentro

-Te alcanzo en unos minutos, se separaron en el corredor Laura a su oficina y Taylor con el pequeño, que no la esperaba

Mickey estaba muy entretenido jugando con su tablet, se le veía muy concentrado, y haciendo rabietas, tenia los auriculares puestos así es que no la sintió llegar, se coloco tras el viendo lo que hacía, era un juego donde un chango corría por pasajes comiendo bananas, pero no pasaba de ahí, haciéndolo enojar...

-El que se enoja pierde. Le dijo al oído, cuando le quito uno de los audífonos, haciendo que este volteara a verla con la sonrisa en sus labios, se veía tan adorable así...

 Le dijo al oído, cuando le quito uno de los audífonos, haciendo que este volteara a verla con la sonrisa en sus labios, se veía tan adorable así

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