Final: 2 años después.

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Querida Alex.

¿Cómo estás? ¿Cómo te trata la nueva ciudad?

Esta tarde tengo la audición para la serie que te dije. Es un buen comienzo, ¿no? Y no, no voy a dejar los estudios, siempre me vendrá bien tener la titulación oficial, aunque pienses que es innato. Esto lo he aprendido de la mejor... :-P

Tu carta debe estar a punto de llegar, pero te mando esta antes de tiempo porque estoy muy muy nerviosa por la audición, de verdad. Ojalá estuvieras aquí.

Te echo mucho de menos.

En casa estoy perfectamente, aunque a veces echo de menos el internado y, sobre todo, nuestro escondite.

¿Te has lanzado ya a Neylan? ¡No seas tonta! Tienes que estar en sequía. Date unos orgasmos, anda. Además, seguro que está buena, teniendo en cuenta tu gusto exquisito en mujeres (y teniéndome en cuenta solo a mí). Que, hablando de mí, he hecho copias de más de las fotos para las audiciones a los que me presente, y te mando un par a ti para que te toques si quieres. Hay una ligerita de ropa, Danny dice que me tienen que dar el papel de la tía buena en algún lado.

Para el de esta tarde no sé qué papel me tocará, pero siendo una serie de instituto adolescente... A saber. Danny dice que tengo papeletas. Él está más informado sobre cómo es un instituto de verdad.

En fin.

Con mi primer sueldo me compraré un móvil y podremos hablar de forma más directa. Me niego a que me paguen esas cosas, demasiado que me han dado una casa y tengo comida.

Ojalá tu próximo destino sea más cerca.

Te echo de menos.

Raven Reyes.

Observó las imágenes que acompañaban a la carta, y le impresionaba lo mucho que había cambiado para mejor la chica de la que se enamoró en un internado hacía dos años. Una era de su cara de cerca y la otra salía de cuerpo entero y en bikini. Danny se había aficionado a la fotografía, así que seguro que disfrutaba sacándole fotos.

Las metió en el sobre tras recorrerla una vez más, y la colocó en la caja donde tenía guardada todas las cartas que se mandaban. Aún sentía que la quería, a pesar de esos dos largos años, pero era cierto lo que siempre se decían, que tenían que aprovechar la vida, que ni siquiera sabían si iban a volver a verse otra vez. Aunque siempre soñaban con que lo harían. Llegaba incluso a sonreír si pensaba en ese reencuentro.

El móvil le vibró sobre el escritorio y abrió el mensaje.


NEYLAN: Estoy abajo.


Dios, que ya estaba ahí. Se levantó nerviosa y fue hacia el espejo, observándose y comprobando que estaba bien peinada y vestida. Se miró fijamente a los ojos y se sonrió, sintiéndose guapa y lista para ayudar a Neylan con las matemáticas de su último curso.

Mientras bajaba para recibirla pensó que todo aquel cambio se debía a Raven y a todo lo que aprendió a su lado en ese último curso. Ni siquiera le volvieron a dar ataques de ansiedad, a pesar de que a veces se sentía nerviosa o ansiosa, sabía que eso era parte de ella, y que lo iba a seguir siendo, pero podía controlarlo. Podía mirarse al espejo y la cicatriz del pecho ya no le generaba tantas inseguridades, a pesar de que continuaba tapándola, pero era capaz de ir a la playa o la piscina y disfrutar, sabiendo que la gente no pensaba nada de ella.

Un año escondida junto a Raven fue suficiente para cambiarle la vida.

* * *

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⏰ Última actualización: Sep 19, 2018 ⏰

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