Tin.
-P'Tin..-Escucho mi nombre detrás mío mientras camino al aula de economía 5. Me doy vuelta para ver a una niña toda sonrojada y con la cabeza gacha, sosteniendo un papel entre sus manos. Ya es como la quinta en esta semana.
-¿Que quieres..?.- Pregunto de forma fría, espero que entienda que me está haciendo perder el tiempo.
-Para ti..-Dice con vos temblorosa extendiendo la carta que espera que tome. Grave error.
-No me interesa.-Respondo
-P-Pe...Pero..-
-Haces perder mi tiempo.- contesto.
Ella se asusta, sus ojos se abren y de ellos empiezan a salir pequeñas lagrimas y de su boca salen chirridos. No es necesario exagerar tanto.
A mi alrededor empiezo a escuchar los murmullos del pasillo.
"El rey del hielo lo volvió a hacer..."
"Pobre niña.."
"Algún día le tocará a él ser el rechazado..."
Todos ven a quien suponen es mi nueva victima y se apiadan de ella, mientras a mi me ven como si fuera el demonio. Aunque no me interesa como me vean o que digan de mi, sus opiniones son un cero a la izquierda en mi vida.
-Tin...- Escucho otra voz llamarme, una voz conocida, quizás una de las pocas personas que tienen algo de valor en mi vida y en la que pueda confiar. Se acerca a mi y mira a la mujer que aún llora frente mío con lastima. -No llores por favor...- Le dice mientras le extiende un pañuelo para secar su rostro.
Pete siempre ha sido así, desde que lo conozco ha sido la clase de persona que trata de acobijar a los más débiles bajo su brazo y también por eso ha sido fácilmente burlado y usado. Sin embargo eso pareciese nunca ser suficiente como para cambiar su actitud y aprender. Un tonto, un verdadero tonto.
Ya que mi amigo está dispuesto a hacer el trabajo aquí me alejo para a volver al aula. cuando llego a ella me siento y empiezo a sacar mis anotaciones de la clase anterior.
-Tin!.-Escucho a Pete quien ha llegado casi detrás mío.
-¿Que sucede Pete?.- Pregunto, mientras reviso mis dudas anotadas.
-No puedes rechazar así a una mujer..eso no está bien.- Dice en un intento de fingir estar molesto, lo cual no le sale porque nunca se ha enojado con nadie.
-Cuando confiesas tus sentimientos existe una probabilidad de rechazo, al confesarte aceptas esa posibilidad. Ella sabía lo que iba a suceder, no me puedo hacer cargo de sus decisiones erróneas.- Expreso.
-Incluso si no te gustaba podrías haber sido más amable al rechazarla..- Contesta mientras se sienta a mi lado. Él también saca sus anotaciones, el aula empieza a llenarse de personas, algunos nos observan como siempre no pueden entender como una persona como Pete y yo, que parecemos polos puestos, somos tan cercanos.
A veces yo tampoco lo entiendo, luego recuerdo que una vez también fui como él. Ingenuo y tonto. Rodeado de personas a las que creía mis amigos.
-Si hubiese sido más amable entonces ella hubiera guardado alguna esperanza en sus sentimientos y no soy la clase de persona que deja las cosas a medias.- Respondo, el profesor entra veo como Pete intenta decirme algo más, pero lo acallo.- Es suficiente, la clase está por empezar..No es necesario que sigas con este tema,mejor concéntrate en tus notas.-
Él se encoje de hombros y decide abandonar la charla. El resto de las 5 horas, nos las dedicamos a cursar nuestras materias y cuando el día universitario termina Pete sale detrás mío otra vez.