p a p e r h e a r t

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Suspiró otra vez, agotado. La tarde no estaba siendo muy buena, para empezar, el calor era horrible y sentía que todo en él estaba ardiendo y como amaría que fuera de otra forma. Su silla se tambaleaba, ocasionando que varias líneas de su dibujo fueran en otra dirección, simplemente arruinando lo que hacia por rabia e incomodidad.

Bufó frustrado cuando alguien pasó y con su calzado manchó una parte de sus dibujos que tenía en el suelo. De inmediato se levantó enojado por ver que su obra más preciada ahora mismo tenía un error. Guardó todos sus lápices y más en un sucio estuche que tenía un logo de panda y un conejo, obsequio de su linda novia. En vez de guardar sus obras, lo único que hizo fue tomar la que tenía una miserable mancha y hacerla pedazos, viendo como la imagen se desfiguraba. Mantuvo una expresión seria en todo momento, dándole igual romper los trabajos en donde puso horas de esfuerzo y frustración.

Se llevo sólo lo que pudo considerar importante. Y en ello, se fue del lugar, bastante molesto. Iría a casa para seguir pintando.

🌙

Jack cerró la puerta lo suficientemente fuerte como para botar uno de los cuadros que estaba colgado cerca. Hizo un gesto, demostrando que hasta él mismo se asustó. Dio un suspiro y llevo su mano al pecho.

—¡Ya llegué Mavs! —gritó para luego pasar a un salón en donde habían varios lienzos, ahora si iba a demostrar de qué estaba hecho.

Antes de sentarse, se quedó mirando aquella blanca superficie en donde pronto iba a imprimir lo que vivía en su cabeza.

Empezó a dar leves trazos en el papel, en verdad no sabía como presentar su siguiente trabajo, bueno, tal vez si sabía pero no podía traspasar tal hermosura que tenía en su cabeza. Suspiró frustrado.

—Por qué lo haces tan complicado, Mavs —susurró para después bufar y desordenar su cabello.

Luego recordó el lienzo que literalmente él mismo rompió. Su mano golpeó su cabeza mientras reía.

—Soy un bobo —y así, Jack comenzaba a trazar otra vez todo.

Aunque no era la primera vez que hacía la misma pintura. Digamos que ninguna le satisfacía. Aunque Mavis siempre decía que todas eran de maravilla y que dejara de mirar sus obras como cualquier porquería. Se le hacía gracioso de la forma en que su novia se expresaba respecto a las cosas que él mismo hacía. Siempre había una mala palabra en lo que trataba de expresar, además de que se mostraba enojada y eso, la hacía ver demasiado linda. Mavis era linda. Mavis era perfecta y nadie podía negarse a eso.

La chiquilla realmente era un ángel con todos. Siempre quería que estuvieran bien y los hacía reír, daba igual sí se burlaban de ella, realmente era feliz viendo a la gente que amaba reír por cosas tan simples.

—Eres demasiado gentil... —susurró combinando los colores para luego cerrar sus ojos y soltar una risa —. ¡Já! Por ser gentil te había estafado una mujer que supuestamente era ciega, pero claro, cuando se bajo del autobús se quitó los lentes negros que tenía y contó el dinero que había recogido de tu bolsillo. Tu carita fue realmente linda.

Con una sonrisa, comenzó a pintar de forma tranquila. Pintando primero las partes que según planeaba, debían de ser las que más color tenían. Algo vivo. Debía parecer una fotografía lo que estaba haciendo.

—También linda —puso sus labios como si fuera a dar un beso —. Siempre te miraban en todo lo que hacías. Hasta te pedían el número y ¡Dios, cuanto me enfadaba!

Paró de pintar y con sus dos manos tapó su rostro para así ahogar la risa de frustración.

—Tu inocecia era linda pero a veces los tipos la ocupaban a su favor y... —se destapó el rostro para continuar lo que hacía —, y realmente lamento haberle roto la cara a tu primo, no sabía que era él y parecía que te estaba molestando... aunque si que te ponía las manos encima a cada minuto. Frustrante.

Bufó mientras pintaba algunas flores y después proseguía a su entorno, pero todo lo hacía sin tocar el centro, donde tenía un bosquejo de una persona.

—Estoy recordando la primera vez que te invité a salir... eras tan cruel que me rechazabas porque no te llevaba los dulces que querías —susurró moviendo su mano —. ¡Me hiciste comprar de los más caros! Y recuerdo que comiste... pero no me habías dicho que eras alérgica al chocolate, el susto que pasamos fue horrible, estuve llorando y tú también, pensábamos que te ibas a morir... idiota.

Escogió un color un poco oscuro para primero pintar las sombras en la persona que tenía en ese lienzo. Tarareando una canción se relajó, aunque a veces suspiraba un poco afligido, como si el respirar doliera.

—Luego de unas citas que tuvimos en el hospital, aceptaste salir conmigo y déjame decirte que fue el momento más hermoso de mi vida —se rasca la mejilla y accidentalmente se ensucia con pintura —. Aunque te envidio, siempre lucías hermosa en cualquier estado.

Pinto la piel de la susodicha, como también fue escogiendo los colores correctos para su atuendo. No era formal como vestía, era algo casual, sabía que ese lindo suéter haría que su obra fuera más resaltante a otras. Le hizo un pequeño gatito en el centro de su pecho.

—El suéter del gato te lo di cuando cumplimos un año de novios ¡Claro que te regalaba más cosas! Aunque tuve que trabajar mucho para conseguir ese suéter —pintaba los ojos color azul mientras ponía un poco de blanco, haciéndola parecer que el cielo se podía reflejar en ellos, aunque exactamente eso planeaba —. Igual esa mierda la usaste dos veces... incluso decías que te daba alergia... siempre fuiste tan delicada.

Comenzó a poner un leve rubor en las mejillas de su obra. Luego se separó un poco, admirando esta.

—También... cuando te pedí matrimonio —se acercó y comenzó a pintar aquel anillo que le compró a Mavis. Lo que estaba pintando fue el mismo lugar donde le pidió matrimonio —. Te pusiste a llorar en ese momento, hasta me golpeaste el hombro y luego me abrazaste... ¿Lo recuerdas?

Paró de pintar el anillo y suspiró para darse vuelta. Su mirada estaba en el marco de la puerta, donde estaba Mavis mirándolo con una tierna sonrisa. Y Jack sonrío.

Luego pestañeó y la silueta de su novia se fue. Porque Jack acostumbraba a relatar su pasado o sus ideas siempre que pintaba. Y Jack siempre pintaba, quién falleció hace dos años atrás. Su labio inferior comenzó a temblar para después soltar el pincel y mirar la pintura que estaba frente a él. Entonces el llanto se hizo presente otra vez en esas cuatro paredes como regularmente lo hacía la mayoría del tiempo. Con sus manos temblorosas limpiaba sus mejillas por nada. Acarició el par de anillos de compromiso que llevaba en su mano, uno era de Mavis y el otro era suyo.

—Y... y recuerdo que me dijiste que sí —acarició el rostro de su pintura —. Dijiste que me amabas y yo... también lo hice —su mano cayó. Siguió llorando en esa asfixiante soledad mientras era rodeado por recuerdos sobre su ex novia demostradas como pinturas—. Y aunque no lo creas, lo sigo haciendo, Mavis.

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Nota: hOlaA brOsS ah, ahí les va algo sad(? creo js, tengo sueño así que no sé que más decir aparte de que les quiero y que voy a seguir llenando wattpad de javis.

Papel; javisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora