Crush On You ✑ SoonHoon || Seventeen || Teen, Age #1 ||

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Vi como Soonyoung cogió su chaqueta corriendo en los vestuarios para salir, pero al ver eso cogí mi mochila para cogerle del brazo. Al alcanzarlo apreté tan fuerte su brazo que creo que casi gritaba de dolor; me miró.

  —¿No te olvidas que tenemos que hablar? —le dije acercándome más a él. Al decir eso desvió la manera rápido, de manera nerviosa.

  —No me acordé, lo siento —me susurró.

  —Esperemos a que salgan todos, tiene que ser en privado.

Asintió, parecía bastante nervioso y estaba más sudoroso ahora que cuando estaba bailando, pero no me iba a centrar en eso ahora. Esperamos a que todos salieran.

Cuando el último chico cruzó la puerta nos miramos los dos por unos segundos, hasta que el contrario volvió a apartar la mirada de mis ojos.

  —¿Te he hecho algo? ¿No, verdad? —esperé la respuesta de Kwon, pero este no me contestó—. Vamos Soonyoung, dejemos de actuar como niños pequeños —pensé por unos segundos si decir la verdad—. Te echo de menos.

Comenzó a toser al decir eso mientras se sonrojaba. Seguidamente me miró con esos bonitos ojos que tiene. Le volví a preguntar:

  —¿Me lo puedes decir ahora que te he hecho? —aunque ya sabía la verdad, quería ver si me lo decía él—. No me he esforzado por decir que te he echo de menos para nada.

Pude notar como se mordía el labio inferior a la vez que se rascaba la nuca de forma nerviosa. Acabó abriendo la boca un poco después del silencio que  se había formado.

  —No, no me has hecho nada. Es sólo que, es un tema personal, pero tienes razón, me he estado comportando como un niño pequeño, y... —lo último no lo pude oír por que bajo el volumen de su voz, pero con eso me bastaba.

  —Tranquilo, a veces pasa supongo, ¿es algo que puedo saber?

  —¡N-no! Es decir, aún no. Ya te lo diré en algún momento —por dentro me moría de ganas de decirle que ya lo sabía, pero me aguante—. ¿Me perdonas por ser un idiota estos días?

  —Sí, te perdono, idiota —reí. El relajo la mirada, sonriendo. Acomodé la mochila en mi espalda y fui hacía la puerta—. Por cierto.

  —Dime.

  —Seungcheol y yo no somos ni seremos nunca nada. Estoy libre —solté antes de irme por la puerta corriendo.

En ese momento hubiese pagado 1 millón de dólares o más para ver la cara de confusión que había puesto.