No eres Real

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¿Recuerdas la primera vez que te encontraste con aquel payaso?, aquel recuerdo pasa por tu cabeza como si de un sueño se hubiese tratado, así que con el pasar del tiempo, lo ibas olvidando poco a poco, al escuchar de él en boca de los jóvenes de Derry, te hacía gracia, un payaso asesino, claro...

El último día de clases terminó, te despides de tus compañeros y comienzas tu camino hacia a la casa, escuchas música con tus audífonos, mirando el suelo el silencio, pero ante ti pasó corriendo un grupo de chico, tras otro joven, te quieras los cascos de los odios y corres igual tras ellos, como odiabas que los matones le hicieran daño a los más jóvenes, para tu desgracia, se introdujeron al bosque, el que está antes del río, te detienes y dudas si entrar, desde que llegaste a Derry aquel lugar te daba miedo, pero no podías dejar que le hicieran daño a aquel muchacho, así que entras rápidamente, corriendo, mirando a todos lados por si los veías, pero nada, los habías perdido de vista, llegas hasta el río y te detienes ahí a mirar otra vez, pero nada, sueltas un pesado suspiro y un grito te provoca un escalofríos que recorre todo tu cuerpo, mira hacia aquella dirección, y estaba la entrada a las alcantarillas del pueblo, buscas en tu mochila la linterna pequeña que te había regalado tu hermano y caminas hacia ese lugar, alumbras y no ves más que agua sucia llena de mierda flotando, eso te provoca náuseas y haces una leve arcada... escuchas un quejido, miras adentro pero no se veía nada...

—Ayudame... por favor...

La voz de un chico se deja escuchar más fuerte, no lo piensas dos veces y entras, caminas despacio para no salpicar el agua sobre el resto de tu ropa, menos mal usabas shorts, o sino los pantalones hubieran quedado llenos de mierda, llegaste hasta un lugar donde la alcantarilla se divide en varios túneles, miras apuntando con la luz, y vez a un chico en el suelo abrazando sus piernas mientras llora.

—Ey, tranquilo, aquí estoy para ayudarte —. Dices y te acercas a él. —Todo estará bien... —. Llevas tu mano hacia su hombro pero este desaparece ante tus ojos. —¿Q-Que?

Quedas en shock al ver aquello, niegas con la cabeza, "es una broma, una maldita broma" susurrar y pasas la mano por tu cabeza ello, te das la vuelta para irte, pero la silueta de alguien te hizo quedar paralizada, observas su tamaño, su traje, cuando comenzó a acercarse, pudiste ver que era él, era aquel payaso, el mismo de aquel día... El reflejo del agua y la luz tenue deja ver su rostro con aquella sonrisa asesina...

—No eres real, no puedes ser real! —. Gritas asustada y corres en dirección contraria.

El sonido de tus pisadas se dejan de escuchar al correr, miras hacia atrás para ver si venía, pero no estaba, vuelves tu haría al frente y en cosa de segundos chocas con alguien, te agarra fuertemente del cuello y te acorrala contra la pared, intentas soltarte, pero era inútil, era mucho me fuerte que tú.

—¿A dónde crees que vas? No puedes escapar del payaso, pequeña... —. Te sonríe ampliamente y su baba comenzó a caer por su boca, como si mirarte así le diera hambre.

—N-No... déjame ir, déjame ir por favor... —. Comienzas a llorar y este sólo se ríe, esa risa malévola se deja escuchar en todo el lugar.

—Miedo, miedo hermoso miedo, llora todo lo que quieras, pero nadie vendrá ayudarte —. Abre un poco su boca, se acercó más a ti y pasa su lengua por tu mejilla, haces una mueca de asco, era muy viscosa, luego se alejó de ti, retrocediendo con pasos divertidos.

—¿No vas a matarme? —. Preguntas confundida.

—Oh no, claro que no... El juego recién está comenzando —. Te sonríe una vez más, y desaparece entre las sombras.

Close Your Eyes and Imagine Donde viven las historias. Descúbrelo ahora