❧Little ;; jjk

08

No sabía como, pero su mamá lo había hecho de nuevo; y es que ella era una maestra de la persuasión. Mira que dejarla salir sola con un chico que recién había conocido, bueno, ni tan sola, ya que mandaron a Dae para que la cuidara. Su padre era muy desconfiado, lo opuesto a la señora Kaori, quien en lo único que pensaba era conseguir nuevos amigos para su tímida hija.

— ¿En qué tanto piensas?

— ¿Eh? Ah, no, yo... ah nada. –debía dejar de hablar de ese modo pero ya, le estaba dando mucha vergüenza hablar tan torpe– ¿A dónde vamos?

—Conozco una tienda en donde venden ropa muy buena para chicas –Ari se le quedo mirando intrigada– ¿Qué? Lo sé por una tía ¿está bien? Ni que fuera a comprar ropa de mujer, pfff.

Ari emitió una pequeña risa y se dejó guiar por el chico, mientras Dae los seguía desde una distancia prudente. Tampoco quería ser una molestia para los chicos; sabía que su tío cuidaba mucho de Ari y hacía de todo para mantenerla a salvo, pero también sabía que podía llegar a exagerar algunas veces, después de todo, era su bebé.

—Te agradezco mucho por acompañarme a comprar ropa, pero sigo sin entender porque haces esto –dijo avergonzada.

—Te lo dije, te ayudaré a ser conocida en la escuela, para eso tienes que integrarte con los demás, que sepan de tu existencia ¿no te parece?

—Ya, pero ¿qué tiene que ver la ropa con todo eso? –replicó la niña algo confundida.

— ¿Has escuchado de la fiesta que Jimin hará mañana?

—Oh, sí sí sí sí sí. –contestó emocionada y muy animada– Yo había querido ir a esa fiesta, pero no tenía con quién y pues, iba a estar sola –comentó cabizbaja.

—Ay, pequeña, por eso mismo es que tienes que ir. De seguro ahí conocerás a nuevos amigos, quizá personas muy lindas –Si es que hay, pensó Jungkook.

Ari paró en seco. "Conocerás a nuevos amigos" ¿Era en serio? La mayor parte del tiempo paraba dentro de casa, casi se podría decir que es una niña sedentaria, una ermitaña que solo salía para ir al colegio, a misa y unas cuantas veces a comprar cosas que sus padres le encomendaban a la tienda más cercana, o sea a lado de su casa.

— ¡No puedo creer que iré a una fiesta! Y encima ¡a la de un chico popular! ¡Ha de ser una grandiosa fiesta!

—Bueno Ari, mis fiestas tampoco están tan mal, eh. Y ya no los llames así, preferimos que nos digan "conocidos" o algo por el estilo, el término "popular" como que es un poco anticuado y trillado.

—Oh, lo siento.

—No te disculpes, linda, no hay problema.

—Ay, muchas gracias.

—Tampoco hay necesidad de agradecer.

—Ay, perdón.

—Bueno, creo que este será una larga tarde –dijo sonriente ante la avergonzada chica.

Tan ensimismados estaban en su conversación, que olvidaron el hecho de que Dae se había acercado a ellos de manera sigilosa y podía escuchar todo lo que decían.

—Disculpen, ¿alancé a oír acerca de una fiesta? –de repente, Dae apareció a lado de ellos con una mirada inquisidora.

— ¡Dae! Por fin iré a una fiesta ¿puedes creerlo?

—Sí Aricita, pero ¿tus padres saben sobre esto? ¿Te han dado permiso?

Ari cambió rápidamente de una expresión emocionada y alegre, a una de preocupación y tristeza. Es que era cierto, sus padres eran muy sobreprotectores y prácticamente la mantenían dentro de casa ¿cómo se le ocurrió que le iban a dar permiso?