El sabor de esas pastillas era tan... Desagradable. Pero ya no importaba nada. De a poco sentía como perdía el control de mis músculos, cada segundo que pasaba era una zona de mi cuerpo desconectada.
Llego el punto en el cual solo sentía como la sangre escurría por mis venas. Lo cual se hacía tan extraño, pero de cierta forma, relajante.
Una de las últimas cosas que se desconectaron fueron mis oídos. Y a pesar de saber lo que hacía y que no habría vuelta atrás por más que quisiera, por dentro deseaba con toda mi alma ser rescatado. Que mi madre o que mi padre se levantase de su sillón o cama, vinieran a por mí y que con una tierna mirada me vinieran a socorrer. Deseaba sentir en mi partida, al menos un poco de ese calor paternal que nunca tuve, ese cariño del que tanto niños hablaban pero que yo nunca tuve la suerte de conocer.
Quería algo, una señal o algún gesto de ellos con el que pudiera irme en paz. Saber que en esa gruesa y cruel capa de indiferencia, ellos sentían algo por mi. Aunque sea pena. Con tal de que representará algo en ellos me conformaba.
Sin embargo, y para mi ya, más que acostumbrada mala suerte, nada de eso paso. Los últimos sonidos con los que me iría serían algún canal de fútbol genérico de la televisión, los eructos de mi padre debido a todo el alcohol que suele tomar y los sollozos de mi madre quien rezaba a Dios por encontrar una forma de "escapar" de este castigo.
Y luego de un largo rato, ya solo quedaba mi vista y mi mente. Frente a mi empezaron a pasar miles de recuerdos con mi familia. Con compañeros y con mi soledad.
Siempre había pensado que eso era un toque de romanticismo que decían las personas cercanas a la muerte para, de alguna forma, embellecer su penosa experiencia cercana a la muerte.
Pero no, era todo absolutamente cierto. Y como me pasó con mis deseos de que alguien de mis padres viniese a verme, ahora me hubiera gustado ver algo lindo. Pero como ya lo suponía, no.Las memorias solo sirvieron para aceptar más mi destino, saber que ese era el final y que así debía ser. Que ya no valía la pena seguir, porque aquí ya no había ni habrá nada bueno para mi. Y cuando mis memorias se iban acabando, mi vista se empezó a ennegrecer. El final estaba cerca y no habría nada que me pudiera salvar.
Y lo último que recordé, es la nota que había escrito para los que eran mis padres.
"Queridos... Mejor dicho, Padres:
Siempre deseé que ustedes me miraran, pero no como a una rata del montó, al menos que fuera a 'su rata'. Se que no soy lo mejor, se que ni gracia tengo. Al menos eso me dejan ver mis amigos. Desearía ser... ser realmente su hijo.Me hubiera encantado poder contarles de quien estaba enamorado, mis dudas y preocupaciones que tantas veces me quitaron el sueño.
Me hubiera gustado incluso no hacer esto. Saber que a pesar de todo lo malo, algo en ustedes sentía amor por mí. Pero cada que buscaba calor en ustedes, me daban ese golpe de realidad que me devolvía al frío de la Antártida. Congelándome aún más en mis incertidumbres.
En fin, a pesar de todo esto, no puedo evitar amarlos. A pesar de todo lo que he sufrido junto a ustedes y mis cercanos, no puedo evitar sentir amor y cariño hacía y por ustedes. Lo cual me hace sentir aún más miserable, pero ya que.
Espero que les guste este regalo. Lo hago con todo el amor y pena posible.
Hasta la próxima... Papás..."Lo que más me da pena... es que esto me hace renunciar a cualquier mínima posibilidad de estar con ella, con lo que me alegraba mis días sin siquiera ser amigos, esos ojos que me cautivaban, ese pelo tan bello y esa cara tan linda que tenía. Si... Ella era un foco de luz en mis oscuros días... Sin siquiera saberlo. Su tan solo nombre me encanta... "Lucía"... Sencillamente perfecta. Y con una especie de rejuvenecimiento dado por el amor hacía una persona, mis labios junto a mi lengua volvieron a tener algo de fuerza, lo suficiente para decir mi última frase: "Juro que si hay una vida después de esta... Haré que las cosas sean diferentes...".
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El Coma
Ficção AdolescenteDebido a muchos malos pasares, dolores, penas, heridas y demás. Uta toma una decisión drástica, el... suicidio, pero, ¿Habrá sido la elección correcta? ...