Habían pasado dos años desde que toda la familia estuvo en un hospital, lo cual es un reto teniendo en cuenta lo que pasó la ultima vez. Fue ese año cuando todo cambio, todos cambiamos. Una mañana mi hermana se despertó tosiendo y vomitando, daba un poco de asco. Fuimos al hospital y nos enteramos de que tenia una enfermedad que solía ser causado por tomar una droga en grandes cantidades, mi hermana lo negaba y lo negaba pero parecía que a mis padres eso les daba igual, no hablaban mucho, solo se miraban entre ellos con una mezcla de sentimientos angustiosos. Yo no podía creerme que mi hermana mayor pudiera hacer algo así, hasta que después de unos cuantos gritos e insultos mis padres terminaron confesando que antes de enterarse de que mi madre estaba embarazada habían hecho unos nuevos amigos muy radicales y que con ellos habían empezado a probar cosas nuevas como esa droga pero lo que no entendían es como pudo causar esos daños si solo fue una pequeña dosis, a lo que el médico respondió que ,aunque fuera una pequeña dosis para ellos, era grande para el feto que en aquel entonces era mi hermana.
Aunque habían pasado años todo seguía raro, mi madre había llorado y suplicado a mi hermana que la perdonara y cuando por fin esta se recuperó, la perdonó, pero se siente como si todavía hubiera un rastro de culpa por toda la casa.Hoy es un Lunes normal, mi hermana estaba en la universidad, mis padres en el trabajo y yo aquí muriéndome del asco mientras toco mi guitarra. La música es una de las pocas cosas que me apasionan de verdad, es como la fotografía a mi padre, solo que yo no lo había dejado, seguía tocando de vez en cuando y aveces componía.
El timbre me desconecto de las cuerdas y mire la hora, eran las cinco de la tarde. Baje las escaleras y abrí la puerta para ver a una Skay con la rodilla ensangrentada y un skate en la mano.-Hola.
Lo dijo sin una pizca de dolor en su voz, como si su hueso de la rodilla no estuviera apunto de salirse.
-Hola.- Conteste sin dejar de mirar su rodilla.
-¿Puedo pasar? Necesito un poco de ayuda.-Dijo señalando su rodilla.
Me hice a un lado apresuradamente para que entrara cojeando a dentro. Se sentó en la silla mas cercana mientras yo iba a por el botiquín. Saqué el desinfectante, puse un poco en la herida y ella gimió, pero no se movió. Después de haberla vendado la rodilla nos sentamos en el sofá.
-Gracias, lo has hecho muy bien.- Dijo después de un par de minutos de silencio.
-Gracias, hubo un momento donde considere estudiar medicina pero no le tengo simpatía a los hospitales.
-Yo tampoco, son sitios muy tétricos y demasiado blancos en mi opinión.
-Coincido.
Y volvió el silencio, pero me gustaba estar en silencio con ella, era cómodo y agradable.
Una pregunta me vino a la mente.-¿Por qué estas aquí?
-Porque me caí, me hice una herida, mi casa está demasiado lejos y recode donde vivías.- Me gustaba cuando respondía así de clara y no con más preguntas como la primera vez. Otra pregunta me vino a la mente.
-¿Por qué te sientas en la parada del autobús si luego te vas cuando llega?
Giro la cabeza me miro.
-Que te halla dicho que soy sincera no significa que valla a responder todas tus preguntas.
Su tono al hablar no fue seco ni cortante, fue más como otro aviso sobre qué tipo de preguntas debía hacer para no cabrearla.
-¿Tienes novio?
Me miro con sorpresa y tengo que reconocer que la pregunta me sorprendía hasta a mi, pero eso no significa que no quisiera saber la respuesta. Me miró por un momento entrecerrando los ojos, como si estuviera debatiéndose entre contestar o no, peo finalmente se rindió.
