4

6 0 0
                                    

Me gustaría ser como el agua. Silenciosa como un lago, ruidosa como un rio enfurecido, intimídate como una gran cascada y alegre como un riachuelo. Pero no soy agua, soy una chica de 18 años sentada en una parada de bus sin intención de ir a ningún sitio en particular. Mis pies me han vuelto a traer aquí y sé perfectamente el motivo por el que mi subconsciente me arrastra una y otra vez a este punto.

Había pensado en quedar con Black pero me detuve las múltiples veces que saque mi móvil a lo largo del día para escribirle. Pasamos mucho tiempo juntos, más del que preveía que pasaríamos cuando lo conocí, y aunque me encantaba estar con el eso también me mosqueaba un poco. Ultimamente me paro a pensar muy a menudo cuál es el motivo para que su compañía me agrade tanto y siempre llego a la conclusión de que es una amigo estupendo y me intento distraer con otra cosa.

Han pasado varios días desde mi cita con Daniela, era una chica extraordinaria y me gusto estar con ella, pero no me convencía. Me daba la impresión de que no era suficiente, de que hay alguien ahí fuera mejor para mi, pero ese es un pensamiento un tanto ridículo por lo que me convenzo de que en verdad no la conozco del todo y no puedo llegar a esa conclusión. Tengo planeado un segundo encuentro con ella dentro de un par de días, pero no es que este especialmente emocionada al respecto.

Mi culo se esta empezando a helarse de estar sentada en el banco de metal de la parada por lo que decido que es hora de volver a casa.


Jack

No puedo esperar más, cogí el móvil y la llame antes si quiera de pensar en qué le iba a decir.

-Hola?- Contestó con un tono un poco apagado

-Hola- No se bien porque pero no pude contener la emoción de mi tono de voz

-Hola- Contesto un poco mas animada al reconocer mi voz

-Hola- volvía responder mientras repetía en mi cabeza su voz al saludarme.

Se hizo un silencio y me empecé a agobiar, no había pensado en ningún tipo de plan para iniciar una conversación. No sabía muy bien porque la había llamado.

-¿Me has llamado por alguna razón en específico o solo extrañabas mi melodiosa voz?- Lo dijo con un tono monótono
La verdad es que si que se me había hecho raro no haber oído su voz en un par de días pero no podría decirle eso.

-No, solo que hace más de veinticuatro horas que no ocupas mi casa o me arrastras fuera de ella, y me preguntaba si estabas muerta o algo

El tono de broma no me salió demasiado bien y parecía que lo decía en serio pero no me preocupe, se entendía de sobra que bromeaba, pero q ella pareció no importarle

-Pues no lo estoy

-Me alegro

El silencio volvió, esto no se ataba yendo nada bien, me entristecía lo seca que estaba siendo nuestra charla.

—Bueno—Empezó a decir—¿Algo más?

Parecía cansada

-Eh, si. Que no quiero que pienses que te ignoro ni nada, que si quiere te puedes venir hoy.

Intenté decirlo en un tono despreocupado, pero pereció un tanto borde

-Estoy volviendo a casa. No me invites si no quiere que vaya, me da igual que me ignores o no

No lo dijo con un tono de enfadado, parecía impaciente.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 10, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Como ella es Donde viven las historias. Descúbrelo ahora