1- Mi primer día.

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He aquí otro asqueroso día más. Desde que mamá desapareció este verano, papá no levanta cabeza, y lo único que hace es beber y pagarla conmigo... a veces me dan ganas de mandarlo a la mierda, a él y al mundo entero.

Suena el despertador en mi móvil y son las 7 de la mañana, espero llegar pronto, ya que es el primer día de clase. Me levanto y voy a desayunar.

- ¡Papá! ¿¡Estás loco!? - grito al llegar a la cocina.

Busco a mi padre por toda la casa y lo encuento tirado en el suelo de su habitación con una botella de whisky en la mano, otra vez.

- ¿Qué mierda quieres Ariana?-contesta borracho.

- Me tienes harta papá, deja de beber de una vez o me iré de esta mierda.- salgo de su habitación y voy a la cocina.

Después de limpiar media vajilla rota desayuno leche con cereales y, antes de ir a ducharme, miro el reloj.

Son las siete y veinte. Mientras me desvisto y entro en la ducha voy pensando en todo: que ropa ponerme, si conoceré a alguien...

Salgo y me quito con la maquinilla algunos pelos de las piernas y voy a mi habitación con un albornoz y una toalla en el pelo.

Saco de mi gran armario un pantalón corto, unas vans rosas y negras que me regalo mi madre antes de desaparecer y una camiseta de tirantes que me encanta. Cuando me visto, me voy a sacar el pelo y a peinarlo y cuando acabo cojo mi mochila, mi gorra, mis cascos y móvil.

Ya son las ocho menos diez y salgo de casa ignorando las voces de mi padre.

La clase empieza a las ocho y media, pero es mi primera vez en este instituto y prefiero llegar pronto y así veo las listas y sé con quien me ha tocado en clase. Lo peor de todo es que como mi madre desapareció mi padre y yo decidimos mudarnos aquí, a Cheshire. En Vancouver sólo recordaríamos a mamá y eso no nos haría ningún bien a los dos, o por lo menos a mí.

Me pongo la gorra y los cascos, y mientras voy camino al instituto pienso muchas cosas, por ejemplo, como mi padre ha acabado así. Antes éramos la típica familia feliz de los anuncios.

Mi hermana Sophia solía decirme que todo volvería a ser como antes y mamá volvería, pero creo que no es así.

Ella se mudó con su novio a Londres y hace meses que no la veo, pero solemos hablar por whatsapp todos los días.

Miro el reloj y son ya las ocho y diez, he tardado veinte minutos y me quedan otros veinte para ver las listas y entrar en clase.

Veo un montón de gente en las escaleras mirando al cristal de la puerta y rapidamente me acerco.

Me hago hueco entre la gente y miro las listas.

El año que viene, si no repito, voy a la universidad.

Busco mi nombre y estoy en segundo de bachillerato C. Mi clase está llena de gente... Salgo de ahí y entro al instituto. Me quito la gorra y la guardo en la mochila y los cascos en los bolsillos, junto a mi telefóno.

Subo ese montón de escaleras, ya que mi clase está en la cuarta planta, y la busco pero no la encuentro.

Son las ocho y veinte y me estoy poniendo nerviosa: ¿qué pasará si llego tarde y no me dejan entrar?, ¿y si me equivoco de clase?, ¿y si...?

- ¡Ah! - grito asustada.

Me giro y veo a un chico alto (me saca una cabeza más o menos). Es muy guapo, con el pelo rizo y marrón, como yo, pero yo lo tengo liso. Sus grandes ojos verdes me encantan y me quedo observándolo fijamente.

- Lo siento, ¿te he asustado?- dice sonriendo. Sus hoyuelos se marcan cada vez que habla y eso me encanta.

- Puede...- digo nerviosa.

- ¿Buscabas algo?- dice y me guiña un ojo.

Seguro que es el típico listillo que va detrás de los profesores y saca buenas notas...

- ¿Eh?- me dice.

- Sí.- digo aún más nerviosa, se me había olvidado que estaba ahí.

- ¿Y se puede saber el qué?

- Busco mi clase, 2°B. -le contesto impaciente, ya que en varios minutos tocará el timbre y empezará la clase.

- ¿Segundo be? Lo siento, segundo de la ESO está en la primera planta, no en la cuarta.- dice y se ríe.

De repente llegan tres chicos más y uno lo coge del hombro:

- Harry, vamos o llegaremos tarde.

- Adiós, como te llames. -me dice sonriente y los cuatro se van.

Así que se llama Harry, mmm...

Pregunto a una simpática chica rubia y ella me dice donde está mi clase y le agradezco.

Entro y minutos después toca el timbre. Dentro hay 10 personas más o menos y el profesor no ha llegado.

Me siento casi al final de la clase, lejos del profesor.

Empiezan a entrar alumnos en montones y llega el profesor, en este caso la profesora.

- ¡Todos sentados, no quiero oír ni un murmullo mientras yo hable! -dice gruñendo.

De repente, alguien entra en clase sin llamar y alzo la mirada, ya que eataba despistada.

¿¡Harry!? ¿Qué hace ese borde y chulo aquí?

- ¡¿Se puede saber que horas son estas de llegar?! -grita la señora.

- Las nueve menos veinte, sargento. -vacila Harry y toda la clase se ríe.

- ¡¿Cómo ha dicho?! Quédese aquí después de clase. -replica la profesora.

- Sí mi capitán. -vuelve a vacilar Harry.

Toda la clase se ríe y Harry busca un sitio lejos. Se pone una fila d

detrás de mí, pero no me ve...

LITTLE THINGS [PLL] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora