𝔹ℝ𝔼𝔸𝕋ℍ𝔼 [ 𝕋𝕍𝔻 • 𝕋𝕎 ]

- Cap 1

—¿Asistente de maestro? —pregunta Stiles, y su tono está cargado de incredulidad. No puedo evitar reírme. Puedo imaginármelo frunciendo el ceño del otro lado de la línea.

—Así es —le respondo, con una sonrisa que sé que él no puede ver, pero que probablemente puede escuchar en mi voz—. ¿No te parece sexy?

—Por supuesto que lo es, pero, Mónica... casi tenemos la misma edad y tú ya vas a ser asistente de maestro —responde, todavía atónito—. Yo sigo en la banca, ni siquiera estoy cerca de eso.

Su risa nerviosa me provoca una sonrisa. A veces olvido que, a pesar de todo lo que hemos pasado, Stiles sigue siendo ese chico ansioso que siempre busca algo a lo que aferrarse.

—Bueno, encontré una escuela interesante, y cuando fui a inscribirme, me ofrecieron la oportunidad de adelantar mis prácticas. Resulta que el profesor anterior... bueno, falleció de un ataque animal o algo así. Así que, aquí estoy, lista para empezar.

Mientras hablo, levanto la última maleta y la meto en la cajuela del auto. El esfuerzo me arranca un suspiro cansado, y cuando cierro la puerta de golpe, el sonido retumba más fuerte de lo que esperaba. "Vaya, creo que me pasé con la fuerza", pienso, cerrando los ojos por un momento.

—¿Qué fue ese ruido? —pregunta Stiles, su voz repentinamente más seria—. ¿Estás bien?

—Estoy bien, tranquilo. Solo cerré la cajuela del coche —le aseguro mientras me dejo caer en el asiento del conductor, sintiendo una ola de flojera recorrer mi cuerpo. El cansancio es real, pero no solo por el esfuerzo físico; es un agotamiento más profundo, mental, emocional.

—¿Y eso? —pregunta curioso—. ¿A dónde vas?

—Me estoy mudando —le digo, tratando de sonar casual, aunque sé que no lo estoy logrando del todo—. La escuela está un poco retirada... y bastante escondida.

Hay un silencio breve, pero sé que viene una explosión. Y así es.

—¡Con cuánta tranquilidad me lo dices! —exclama Stiles—. ¡Todavía no hemos dado con tu paradero, y ahora resulta que te mudas! ¡Mónica, esto no ayuda!

—Relájate, Stiles —le respondo, suspirando y quitándome el labial que aún me queda—. Los cambios son buenos. Además, ¿para qué pierdes el tiempo buscándome? Sabes que nos veremos cuando sea necesario.

Puedo escuchar su frustración a través del teléfono, pero también sé que entiende, aunque no lo diga. Sabe que hay razones por las que me estoy alejando, razones que él mismo ha experimentado de alguna forma. Pero eso no lo hace más fácil.

—De acuerdo... —suspira, tratando de mantener la calma—. ¿Dónde dijiste que estaba esa escuela?

Sonrío para mí misma. Su fingido desinterés es tan obvio que casi me hace reír.