Correr nunca se me habia dado muy bien. Pero eso ahora no importaba ya que en este mismo instante me encontraba eso me encontraba haciendo por las calles de seul.
La hora de entrada a mi trabajo ya habia pasado. Estaba retrasada por media hora.
¡No, no quiero imaginarme lo me esperaba con mi jefa, ella no tolera la impuntualidad!
No me importó pasar entre las personas interrumpiendo sus conversaciones. Alce mi mano derecha donde tenia mi reloj ya muy viejo. ¡Ya eran las 8:36!, ya hace 30 minutos estubiera en mi trabajo.
A dos cuadras de llegar al lugar de mi trabajo, un señor con gafas redondas y un poco obeso bajo de un auto negro y empeso a caminar en la misma dirección a la que iba yo.
Me detube para poder tomar aire y descansar un poco mis pies.
Ni en la clase de educaciom fisica corrí tanto como hoy.
Mis manos apoyadas en mis rodillas felixionadas y con la respiracion ajitada, subi mi cabeza para observar la distancia que aun me faltaba para llegar a mi destino.
Suspire por ultimo para despues incorporarme agarrando las dos correas de mi mochila ya desgastada color negra, solte una haciendo que mi mano llegara a mis gafas que apenas habia comprado ya que las anteriores ya no me servian. Con mi dedo indice empuje la parte del medio de mis lentes negros haciendolos llegar al lugar adecuado, pues estos ya se encontraban en la punta de mi nariz.
Ya rendida por saber todo lo que me esperaba llegando al Café donde trabajaba, solte todo el aire con mi boca haciendo que mi flequillo volara hacia arriba.
Mi vista se paso en aquel hombre que habia visto segundos antes lo tenia a casi siete metros delante de mi, si es que mis calculos no me fallan.
Lo vi sacar su celular que a mi parecer era carisimo, pero lo que llamo mi atencion fue que al tiempo de sacar su super celular del costado derecho de su pantalon, caia un billete.
Entrecerre mis ojos para poder ver bien, pero si claro que era un ¡billete!.
El señor no se dio cuenta de lo que habia caido de su bolsillo.
Como si de eso dependiera mi vida, corri lo mas rapido posible para poder levantar ese billete. Al estar ahi me di cuenta de que era uno de 100,000 ₩.
Mi cara de sorpresa debio ser un poema, pues como no, esto me alcanzaria asta para comer dos semanas enteritas.
Sonrei con gracia y sacudi el billete.
— ¡Señor!— Grité empezando a correr para poder alcanzarlo.— Señor, ¡hey usted el del traje azul!
Me di una gran golpe en la cabeza con mi mano izquierda, al resivirlo hize una mueca. ¡Esto si dolio!. Me di cuenta de que varios hombre vestidos con trajes azules regresaron a verme incluyendo el señor del billete.
Solo les regale una sonrisa avergonzada.— ¿Como puedes ser tan tonta? — susurre para mi misma mientras sobaba mi cabeza en la zona afectada.
Segundos despues todos siguieron su camino. Volvi a correr asta llegar al lugar donde se encontraba el señor con gafas tomandolo de su brazo derecho. El señor al sentir mi tacto dio un brinco por el susto.
Encambio yo no lo solte en ningun momento a pesar de que me miraba interrogante.Flexionando un poco mis rodillas me agache para sostenerme con mi brazo restante en la mitad de mis piernas tratando de recuperarme por correr mas que un atleta de 5,000 metros.
— Señor... Disculpe... por ... el susto...pero... se le cayó esto...— hablé con mi voz entrecortada y le di el billete.
Su rostro estaba lleno de sorpresa, el al tomar entre sus manos el billete cambio su cara, regalandome una sonrisa, yo no podia ser grosera y tambien le tespondi con otra sonrisa.