Comenzamos a besarnos con desespero.
Lo despojé de todas sus ropas, y lo puse contra la pared.
Acariciaba su trasero con posesión mientras mi boca recorría la línea de su mandíbula, su cuello y sus clavículas.
Comenzó a gemir mi nombre en mi oído, y de manera juguetona mordía sutilmente mi lóbulo.
Estaba ardiendo.
Él era mi droga, y yo era un adicto que no podía parar de consumirlo.
¿Cómo fue que me volví tan dependiente de este maravilloso y perfecto muchacho? Pues la respuesta es muy compleja, tanto así que ni yo lo sé.
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Todo comenzó en mi último año de escuela.
Yo tenía 18 años.
Era el último primer día de clase.
Y vi a Lee Taeyong.
Taeyong era un chico que siempre se sentaba solo al fondo del salón y no hablaba con nadie.
Nunca conversamos antes, pero verlo solo nuevamente en su último año de escuela hizo que algo en mi interior se sintiera mal.
Imagino que debe ser ultra aburrido no hablar con nadie en todo el día, se notaba que era un muchacho muy introvertido que evita a toda costa hablar con otros estudiantes.
Decidí hablarle.
Quería que el recordara su último año de escuela como algo divertido y no como algo detestable.
-¿Quieres? – pregunté mientras le mostraba unas galletas que saqué de mi mochila.
Siempre he pensado que la comida ayuda a crear vínculos entre las personas, y compartir de mi comida con él nos ayudaría a ser más cercanos y generaría un ambiente de confianza.
Él me miró con recelo y subió su mirada para encontrarse con mis ojos.
Sonreí amablemente y él asintió.
-Gracias – susurró tímidamente mientras sacaba una galleta -.
Desde ese entonces nos volvimos amigos inseparables.
Compartíamos absolutamente todo.
Él conocía mi vida, y yo algunas cosas de la suya.
Él era algo reservado con lo que respecta a su familia y amistades, por lo tanto, a pesar de tener confianza habían cosas que desconocía.
Un día Taeyong me invitó a su casa por la tarde para jugar videojuegos, y yo acepté.
Su casa era preciosa, y muy grande.
-Espérame Johnny, olvidé ir a cerrar con llave el portón -.
-Vale, no hay problema – contesté -.
Miraba atentamente toda la decoración.
Sentí a alguien bajar corriendo por la escalera.
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MR. SEO
FanfictionDecir "sólo una probadita" es una típica frase de una persona que está por entrar a un mundo peligroso y que tiene consciencia de que está jugando con fuego. Yo estaba jugando con fuego, pero no me importaba arder en llamas con tal de tener a ese mu...