One-Shots Juaby

Un bello recuerdo

Era una tranquila mañana en la universidad Del Este, los alumnos yendo de un lugar a otro entre conversaciones propias de estudiantes universitarios que dormían de dos a tres horas al día; equipos deportivos haciendo bullicio desde temprano; sin embargo en el salón de la clase 3-A se encontraba cierta pareja que no tenían mucho de estar saliendo y haber hecho pública su relación (al menos para sus amigos mas cercanos); hablando de a donde irían ese fin de semana al terminar las clases.

-Aun no me haz dicho a donde te gustaría ir Gaby- mencionaba Juanito mientras su vista se perdía en el otoñal paisaje que adornaba la escuela por fuera.

-No lo sé, podríamos ir al karaoke o al cine- Gaby(no, no es una chica su nombre es Gabriel... Gente loca) mantenía su mirada el la silueta de su novio esperando que al tenerlo de espaldas no se percatará del rubor que empezaba a adornar sus mejillas.

-Bueno podemos ir a ambos, pero por ahora será mejor que olvidemos el tema un rato, las clases ya están por empezar- Juanito podría ser una persona bastante seria para los momentos románticos.

-esta bien- Gaby no hacía mas que asentir pensando que quien creía su novio solo trataba de no darle mas vueltas al asunto.

Las clases se habían convertido en una verdadera tortura, no solo para la pareja, sino también para sus amigos quienes los veían desde los puntos claves del salón aventándose notas adhesivas y uno que otro beso entre las distracciones de los profesores. Sus amigos estaban feliz por la pareja ya que no hacían mas que juntarlos en cada oportunidad que tenían.
Las clases habían terminado y al ser viernes todos los estudiantes ya tenían planes, algunos se iban al cine, otros al karaoke, y el resto solo iría a casa, para la clase 3-A el final de las clases siempre implicaba bullicio y persecuciones, rara vez salían de la escuela cada quien por su lado; eran un grupo bastante unido y un gran apoyo para la pareja.

-Juanito no debes estar nervioso, llevan dos años saliendo y... Bueno nosotros iremos a Ikebe, hoy se presentará como parte oficial del menú uno de los postres hechos por mi, si gustan venir los esperaremos en la mesa de siempre- mencionaba una castaña ojiambar de nombre Ale como apoyo para su amigo.

-Es cierto Juan, además no quiero que por andar en tu cita semanal se te olvide que mañana iremos a Nerima a terminar el video promocional- Comentó de manera tranquila una pelirosada de nombre Karen

-Ale por favor guarda un poco de ese postre para mí, dudo que podamos ir a Ikebe. Y muchas felicidades- comento el pequeño Juan dejando de la lado a su amiga Karen.

-Gracias Jhonny, ahora vete que si no te vas ahora Gaby nos odiará por mantenerte alejado de él mas tiempo del que alguno de los dos podría soportar, dile que no te de tan rudo esta vez- Ale se despidió de su gran amigo y a manera de burla le susurro lo último.

-Porque les conté algo como eso a ustedes, fue una mala idea. Nos vemos mañana chicos- Juan se despedía de sus amigos con un ligero toque de carmín en sus mejillas.

La pareja caminaba por las ya tranquilas calles de la ciudad tomados de la mano, rumbo a la cafetería Ikebe, su cita había sido maravillosa, habían decidido solo ir al cine a ver la película de la que tanto se estaba hablando desde su estreno, La monja; y vaya que la disfrutaron de sobre manera (supongo que estar en compañía de la persona que amas hace que todo lo demás pase a segundo plano); al llegar a la cafetería un delicioso aroma a las flores de cerezo invadió su pequeña atmósfera romántica, llevándolos por un breve instante a una especie de ensueño.

Y así en compañía de sus amigos y en su burbuja romántica pasaron el fin de semana, el primero de muchos que pasarían en un ambiente lleno de aprobación, lleno de amor, cariño y buenas amistades.