iii

99 8 3
                                    

Bree había forcejeado para que Nash la soltara, y él no cedía. No quería que la “salvaran”, quería que la dejaran morir finalmente, pero no. Había estado tan cerca… y él se interpuso.

-¿Salvarme? –se rió y miro a Nash, su cara perdió la expresión burlona al ver que a él no le afectaba su comentario.–Está bien, ¿qué vas a hacer? ¿Me vas a mandar a un psiquiatra? se rió.

Nash la tiro de la muñeca.

-No te voy a mandar a un psiquiatra, te vas a quedar conmigo –la acercó a él y hizo una mueca burlona, sus rostros estaban separados por pocos centímetros.  

Ella rodó los ojos, intentando disimular la sorpresa, pensaba que la iba a dejar irse.

-¿Con vos? –soltó una carcajada excesivamente falsa y se alejó de él, no le incomodaba la poca distancia entre ellos, le incomodaba que esta la hiciera sentir cómoda -¿Qué podes hacer vos por una pobre chica suic… -Nash se volvió a acercarse a ella y le puso un dedo sobre los labios.

-Te dije que no digas suicida, Bree –dijo con paciencia –Y si no me haces caso vamos a hacerlo por las malas.

La levantó y subió las escaleras con ella pataleando hasta que cedió.

-Déjame ir caminando –reclamó.

-¿Te vas a escapar? –la miró fijamente a los ojos.

-No –respondió secamente y miró hacia otro lado evitando el contacto visual.

Nash la bajó y la tomó de la mano. Ella lo miró confundida y él interpretó su mirada, “Por las dudas de que te escapes”, le susurró. Ella resopló y siguió subiendo las escaleras hasta llegar a la “habitación” de Nash.

-¿Y ahora qué? –dijo mientras se sentaba en el sillón.

-Yo que vos me bañaría, hedes a vómito, además convengamos que se te corrió un poco el delineador –río. A Bree se le subió la sangre al rostro y se miró al espejo, su pelo estaba enmarañado y sus ojos estaban envueltos en capas de delineador corrido, sin mencionar que hedía a vómito realmente. Se fue corriendo al baño y volvió a llorar, no lucía bien, y mucho menos perfecta. Trabó la puerta del baño y se bañó, lo que la relajó.

Al salir de la ducha él la estaba esperando.

-Pensé que no ibas a salir más. –se detuvo y a miró fijamente de arriba abajo –No sabía que eras tan fácil –se río al ver que su torso estaba desnudo a excepción de un corpiño.

-No tengo una remera sin hedor a vómito –lo atravesó con la mirada –A lo mejor puedo buscar una en mi habitación del hotel.

-Bree, esas no hieden a vómito porque están cubiertas en el. –Ella rió por ese comentario imbécil y bajo la mirada. Nash entró a su cuarto y le tiró una remera blanca. Bree se vistió con ella y escapó. 

atelofobia (n.g) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora