Conociendo a mi secuestrador...¡que irónia!

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Entre sueños, escuché gritar a alguien, me asusté. Me levanté y puse los zapatos que Eric me había comprado (eran unos botines café claro con un cierre a los costados), caminé en dirección a la puerta y al abrirla me encontré con la cara enrojecida de Eric en el costado derecho. Corrí hacia él para ayudarle pero solo me empujó y grito que estaba bien y que volviera a mi habitación, no hice caso.

- ¡VE A TU HABITACIÓN! –volvió a gritarme pero me quede estática al ver al hombre que le apuntada en la cabeza.

- ¡ESTO ES POR ROBARLE A MI HERMANA! –accionó el gatillo pero antes de que le disparara, Eric giró una pierna y lanzó al piso al hombre que le apuntaba. Tomó la pistola, ahora estaban en diferentes posiciones.

- ¡VETE YA DE MI CASA Y NO VUELVAS PORQUE PERDONO UNA SOLA VEZ!  -el hombre con el rostro contraído se levantó y se fué. Por suerte cerró la puerta. Eric al fin respiro tranquilo.

- ¿¡QUÉ FUÉ ESO!? –aún no podía salir del shock de la situación.

- Te dije que te fueras a tu habitación, ¿Por qué no haces caso? ¡PUEDIERON HABERTE MATADO! –bajé la cabeza, el estaba protegiéndome pero mi rebeldía era más grande y no le hice caso.

- Lo lamento –fueron las únicas palabras que pudieron salir de mi  boca- yo…Yo solo quería ayudarte.

- ¿Cómo pensabas hacerlo? –expulsó una pequeña carcajada, la situación se había vuelto cómica y no me había dado cuenta.

Volvió a reír pero esta vez poniendo sus ojos en mí desde los pies hasta la cabeza (vestido floreado y botines) mi rostro se enrojeció. ¿Por qué? Volvió a reír y movió su cabeza de arriba abajo dando a entender que le gustaba mi atuendo. Le devolví la sonrisa.

- Lo siento.

- No te preocupes, no te paso nada y eso es lo importante.

¿Importante? ¿Era importante para él o para la situación? Mi corazón dió un vuelvo y luego se entristeció por la rapidéz en la que mis pensamientos se iban por malos caminos. Agaché la cabeza, él se me acerco y levantó mi cabeza sujetando la barbilla.

- ¿Dije algo malo? –y al levantar la mirada me encontré con sus hermosos ojos grises, y su rostro reflejaba preocupación.

 - No, aún no.

Me alejé de su lado y le dejé en medio de la sala con la mirada perdida, ¿era la razón? No lo sé pero si así fuera, mi interior estaba feliz de haber causado algo en el. ¿Por qué? Ni siquiera yo podía explicarme todo lo que este hombre era capaz de producir cuando se me acercaba, hablaba o miraba pero lo que si sabía y de lo que no podía olvidarme es que él era la razón de que estuviera en un lugar extraño con personas extrañas y una vida extraña.

Alguien toca la puerta.

- ¿Puedo pasar? –mi cuerpo se tensó al oír la voz de Eric- ¿Puedo?

Levanté mi cabeza para mirar la puerta entreabierta con la cabeza de él en el medio, me miró sonriente y volvió a preguntar pero solo volví a la posición inicial y el entró sin que le diera el permiso. Aunque le hubiera dicho no, de igual manera hubiera entrado, total...es su casa.

- ¿Por qué pides permiso? Es tu casa.

- Lo sé pero es tu espacio privado y no quiero abusar de mi autoridad aquí para hacerte sentir mal o algo por el estilo. ¿Me disculpas?

¿Disculparle? ¿Por qué? No me había hecho nada, ¿o sí?

- No tienes porque pedirme disculpas, todo está bien –su rostro reflejaba duda- hablo enserio.

Love is in the AirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora