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Los niños del colegio son crueles y algunos están ciclados en los estereotipos de la jodida sociedad que intenta acabar con el autoestima y estabilidad de cada uno de los adolescentes.

El, era Kim Taehyung, un adolescente como cualquiera, lleno de prejuicios buscando la perfección, como cualquiera querría intentarlo.

Una vida compleja en casa, una familia disfuncional, padre y madre drogadictos y un hermano lejos de el.

Acoso escolar en su historial académico; 16 años de vida, con los último 6 echos mierda en el colegio, gracias a Jeon JeongGuk; estudiante de último grado.

JeongGuk solía molestarle diariamente en los extensos pasillos de la preparatoria; juzgando intensamente la manera de vestir, de caminar o de actuar de Tae.

A Kim le dolían las palabras de JeongGuk, por qué siempre fue su amor platónico; jodidamente irónico caer por la persona que más daño te hace en el mundo.

Era un lunes por la mañana, Taehyung había decidido esta vez, llevar la nueva sudadera que había conseguido comprar con la tarjeta de su Tío Hyun Sik, la única persona que se preocupaba por su bienestar, y dejaba grandes cantidades de dinero en la tarjeta de crédito que le había regalado por su cumpleaños número 16.

-joder, está divina.- murmuró para el mismo, mirándose al espejo.

"¿Le gustará a JeongGuk?"

Pensó por instantes, ignorando la estúpida idea de llegar a gustarle al tan codiciando Jeon JeongGuk.

Bajo a la sala de estar, papá y mamá no estaban, como de costumbre, así que solo lavo sus dientes y tomó su mochila, para finalmente tomar el autobús hasta la preparatoria.

Al llegar, sintió como el miedo recorría su espina dorsal de manera instantánea. Pero cuando sus ojos esclarecidos, se toparon con los intensos ojos negros de JeongGuk, se sintió aterrado.

Sin darse cuenta sus manos comenzaron a temblar y a sudar, el nudo que se formo en sus estómago, subió cruelmente hasta su garganta, las lágrimas se reflejaron, más no salieron por sus ojos.

Afianzó el agarre en el tirante de su mochila, y camino hasta su casillero, tratando de ignorar la mirada intensa que seguía clavada en el.

Podía sentir los ojos negros de JeongGuk clavados en su espalda, aún cuando llego a su casillero que estaba considerablemente lejos de donde JeongGuk se encontraba.

Comenzó a cambiar los libros que tocaban ese día, y acomodo algunas cosas ahi, no notó cuando el grupito de JeongGuk comenzó a avanzar hasta donde el se encontraba, tampoco notó cuando Jeon se paró tras el, y mucho menos notó las miradas asqueadas de todos los amigos de JeongGuk.

No lo notó, hasta que esa risa burlona tan conocida resonó en su oído izquierdo, haciéndole girar con el mismísimo miedo bailando en sus pupilas.

-eres tan horrible que siento que en este preciso momento me he quedado ciego.- susurro a su oído.

-por dios, ¿te miraste en el espejo antes de venir, escoria?, eres horrible Kim Taehyung- río al finalizar, la novia de Jeon, mirándolo burlona y asqueada.

Kim bajo la mirada, apenado, dejando las lágrimas caer por sus mejillas, mientras los insultos seguían.

Al timbrar, todos fueron a sus respectivos salones, y dejaron a Taehyung, llorando con descontrol en el piso.

Al verse solo de nuevo en el pasillo, limpio sus lágrimas y se prometió a si mismo que sería la última vez.

No entro a clases, y fue a casa; sintiendo el pulso entrecortado de la rabia y el dolor. Sintiendo como todos sus sentimientos por JeongGuk se apagaban de golpe.

Haría que JeongGuk se arrepintiera de el daño que le había echo. Lo haría arrepentirse de todo lo que le hizo.

dear porcupines; taekook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora