capítulo único

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El padre de Yukhei le había dicho que debía ir a visitar uno de los reinos vecinos para tratar temas importantes antes de que se acercase el invierno y fuera imposible viajar con el mal tiempo, cuando este quiso replicar su padre uso su infalible discurso sobre las responsabilidades de un príncipe del reino y futuro rey y el moreno no pudo hacer otra cosa más que bufar por lo bajo y ceder.

Salió del castillo una luna después de que su padre le mandase que partiera, no había podido alargar su salida por más tiempo.

Pisó tierra vecina tres lunas después, cuando casi podía notar las tormentas de nieve a sus espaldas. Sabiendo que era debido a haber salido tan tarde no se negó cuando uno de los sirvientes que lo recibió en el catillo le ofreció quedarse unos días, hasta que pasase la primera tormenta.

Después de varias horas en las que paseó sin rumbo fijo por el castillo hasta que sse cansó y se dio el lujo de reposar un rato en la gran cama que se le otorgó, otro sirviente llamó a su puerta y lo acompañó hasta el gran salón del castillo en el que lo esperaba la familia real para cenar y discutir los temas establecidos.

- Es un honor verlo por aquí, príncipe - saludó la reina mientras se sentaba a la mesa.

- El honor es mío al estar en su presencia, mi reina - el moreno inclinó la cabeza con respeto, sentándose y dirigiéndose al rey -. Igual que estar en su presencia, mi rey - el rey inclinó la cabeza de vuelta y se sentaron a comer con una charla amena.

- Siento que las tormentas os hayan alcanzado, este año deben haberse adelantado - exclamó al aire la pelinegra.

- Fue mi culpa en verdad, reina Taeyeon, retrasé mi partida como niño incauto y el invierno me lo ha pagado así - sonrió tranquilo el moreno.

La reina iba a hablar cuando la puerta del comedor se abrió, dejando ver a un apuesto joven vestido en un traje rojo y dorado, a juego con su pelo color fuego. Yukhei se quedó admirándolo un rato. Disfrutaba la piel blanca, los pómulos marcados, esos ojos oscuros y profundos, esos labios rosados y esas piernas que el principe rogaba por tocar.

- Siento el retraso, he estado entrenando - el joven hizo una reverencia, sentándose a la mesa con una gracia natural -. Madre, padre - les sonrió - oh, usted debe ser el príncipe Yukhei, es un placer conocerlo - el pelirrojo le sonrió a modo de saludo y el moreno declaró a ese joven como el más guapo del mundo mientras sonreía.

- Disculpe mi ignorancia, ¿pero quién es usted? - preguntó el moreno con una sonrisa ladeada.

- Soy el príncipe Taeyong, heredero del reino - se presentó el pelirrojo de forma educada.

La siguiente media hora transcurrió entre conversaciones amenas donde Yukhei se limitaba a mirar a Taeyong con cierta admiración. El moreno descubrió que el pelirrojo era algo menor que él, entrenaba todo tipo de deportes y le encantaba el campo.

- ¿Y tu hermano? - preguntó casi al final de la comida el rey Minho.

- Dijo que estaba ocupado para cosas tan banales como comer y que recibir a los invitados no es algo que le corresponda - citó Taeyong con evidente cansancio, terminó con un suspiro pesado que no pasó desapercibido para el moreno.

Su cabeza iba a gran velocidad, le sonaba levemente haber oído hablar sobre el primogénito del rey Minho y la reina Taeyeon pero ni de lejos había escuchado algo sobre un segundo hijo y era de extrañar.

- Típico - gruñó la reina en un murmullo con evidente molestia. Yukhei decidió ignorar eso momentáneamente y se centró en terminar de cenar disfrutando de la compañía del príncipe.

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Llegada la hora de retirarse un sirviente fue quien lo acompañó a su habitación ya que en la inmensidad del castillo Yukhei estaba destinado a perderse sin un guía, incluso para llegar a su habitación.

duelo [luwoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora