Hace frío, está lloviendo, y necesito estar a tu lado; aunque sé que eso no va a poder ser. Si es que ya no aguanto más esto. Cuando te vea guardaré en lo más profundo de mi ser las ganas de besarte, abrazarte, quererte. Jugaré a contar cuantos segundos mantengo la mirada serena, clavada con seriedad sobre tus ojos. Apostaré cuanto duro con mi propia conciencia¿Cinco segundos?, ¿Diez?,¿Doce? Dudo mucho que más. El alma me pide refuerzos, para no desgarrarse ante el acontecimiento. Mente, ayúdame. Pero no me escucha. Está centrada en avisar a mis sentidos que no le convienen dispararse, que aguanten.
En este caos interior, no se qué decirte. No me salen las palabras; por mucho que el silencio otorgue, no me es suficiente. Y sucede. Mi más reciente pesadilla cobra vida, para formar parte de una cruel realidad. Y lloro sin marcha atrás.