赤い空; mikayuu week 2018

3. "leave everyone behind and run away with me!"

   Yūichirō estaba atónito. Aquel niño al quien juró vengar por su supuesto asesinato a manos del despreciable noble de cabello platinado, habiendo hecho lo mismo con el resto de su familia, estaba frente de él.
   Habían pasado cuatro años desde lo ocurrido. Cuatro malditos años. Cuatro años llenos de tristeza, dolor, rencor y esperanza. Finalmente se habían encontrado y con ello olvidaron sus más grandes temores.

   Pero, como no iba ser de otra manera, nada sería fácil. Nunca nada lo sería. Y estando en plena batalla era de esperarse.

   Todo ocurrió tan rápido que apenas sigue sin saber cómo pudo hacer todo lo hecho. Sus amigos, su nueva familia, estaba a punto de haber corrido el mismo destino que de su anterior familia en el orfanato.
   Casi al mismo tiempo, una frase inundó todos sus pensamientos causándole una extraña emoción y miedo en sus huesos.

     – ¡Abandona todo y huye conmigo!

   En aquel forcejeo no dio ninguna respuesta, simplemente se soltó del agarre del rubio y se dirigió donde sus compañeros a combatir.

   Al terminar, después de que su grupo estaba despistado por todo lo ocurrido, fue hacia Mika quien se hallaba no muy lejos del escuadrón de Shinoa, lo tomó de la mano con casi desespero y declaró;

     – Huyamos lejos de aquí.

   Mikaela asintió mientras volvía a tomar al moreno entre sus brazos haciendo más fácil dicha huida, rápidamente ambos se habían ido de la problemática escena.

     "Será mejor que no vuelva a causarles ningún problema más, solo quiero mantenerlos a salvo... Lo siento mucho."

   Realmente estaba loco, y cuando Guren se de cuenta de ello sabía que tendría problemas.

   Tal vez esto era lo mejor que podía hacer, no volver a causar más problemas de los que ya habían.

   La brisa de la colina era bastante agradable y, de alguna forma, a Yuu le ayudaba a mantenerse más tranquilo y a tener la cabeza fría. Tenían mucha suerte de que aquella casa donde estaban estaba completamente abandonada y con los recursos suficientes para que él y Mika se sintieran cómodos, y poder llamar aquella morada como su hogar...

   No, mejor no. Era demasiado temprano como para llamarlo de esa manera.

     – ¿Yuu-chan? – La voz del rubio sonó tan cerca de su oído que se había sobresaltado alejándose de Mika, hecho esto corroboró que, en efecto, Mika estaba casi a punto de tocar su hombro.

     – ¡Waah!..— Mika, no me asustes así, ¿que pasó?

     – Ah, lo siento, solo vi que Yuu se veía algo ido y me había preocupado, solo eso

     – Simplemente estaba pensando, no necesitas preocuparte.

   Una tenue cuerva se formó en los labios de Mika ante su respuesta.

     – No me preocuparé más si eso es lo que quieres, solo habla conmigo si llegas a tener alguna duda.

     – B-Bien, si. – Sin más, Mikaela se había ido nuevamente dentro de la casa.

   ¿Que le había pasado? ¿Porque tan de repente se había sentido avergonzado con Mika ante sus palabras?

   Para el colmo, sintió que sus mejillas ardían con levedad. Estaba sonrojado.

   El rubio no había dicho nada en especial como para que se pusiera así. ¿Porque?.
   Sacudió su cabeza velozmente como un acto para olvidarse un rato de su actitud hecha hace unos momentos. La tranquilidad con la que lo acompañaba debió haberlo aturdido hasta cuando Mika había aparecido y le hizo actuar así, tal vez debió ser eso.

Incluso si esa respuesta era la correcta aquello no ratificaba el porque su corazón se sentía cálido con tan solo volver a pensar en el rostro del ojiazul. Seguía siendo extraño.

En cuanto a Mika; él estaba recargado en la pared no muy lejos sobre la puerta por donde había pasado, en su mirada se hallaba su expresión de siempre. A simple vista se podría pensar que simplemente estaba tranquilo, pero ese no era el caso. Estaba nervioso.

Se había dejado llevar tanto por la situación que estaba por llevarse a la fuerza a Yuu, y al final había logrado su objetivo.

No quería volver a perderlo por su culpa, no se lo perdonaría.

Haría todo lo posible para mantenerlo a su lado, cualquier cosa, sin importar cuán terrible fuese lo haría. Por su única familia.

Sabía que eso no era correcto, pero ya no había más que hacer.

A partir de ahora, lo cuidaría como a nadie más en este mundo, por qué lo quería.