Capítulo 4

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Narra Sam

Hoy ya era miércoles y eso significaba que tenía que ir a trabajar al bar, aunque lo bueno esque hoy Isa me acompañaría.

...

-¿En qué tanto piensas Sam? -pregunto Isa.

-He estado pensando en dejar esta vida, ya sabes a lo que me dedico.

-Estoy de acuerdo pero siento que hay algo má... -rápidamente la interrumpí ganándome una mirada fulminante por su parte.

-Es sólo que antier; después de que te fuiste del hospital entre a la habitación de Jenny a avisarle que ya me iba y lo que ví fue algo muy mal ella estaba llorando y me dijo que si yo era una teibolera, no sabes cómo me sentía al ver su mirada de molestia y no sólo eso me dijo que ojalá ella no existiera ya que por su culpa hago eso y osea ella no tiene la culpa es sólo que no la quiero perder y al fin y al cabo tuvo una recaída, se le dificultó respirar y todo no sabes cómo me siento... -dije mientras muchas lágrimas se deslizaban por mis mejillas arruinando el maquillaje.

Cuando mi amigo terminó de consolarme y todo lo demás, me ví en la espejo y sin duda hizo un milagro; portaba un traje de policía muy tentador y un antifaz negro, además el maquillaje hacia resaltar mis ojos, sin duda esta hermosa.
...

Me encontraba detrás de la cortina que da al escenario y de pronto escucho lo que temo cada vez que vengo

-Damas y caballeros a continuación nuestra gran estrella, denlen un fuerte aplauso a ¡Luna Ardiente!. -dijo mi querido jefe.

Al sonar Let me touch your fire hice presencia en el escenario, moví mis caderas al son de la música y bailé en el mismo tubo que muchas de aquí mientras mis prendas iban desapareciendo poco a poco, por último hice el toque final el cuál; consistía en hacer acrobacias en el tubo semidesnuda, al terminar la canción recogí los billetes que muchos rabos verdes me tiraban; cualquiera que me viera diría que soy fuerte y segura pero la realidad era otra, por dentro estaba rota, no soy segura y poco fuerte, cada vez que terminó de bailar me derrumbó al recordar el porque lo hago, muchos dirían que no valgo y eso mismo creo yo.

Mi perspectiva de mí misma es un asco, yo misma me doy asco; me siento sucia y usada, siento que no valgo la pena, cada vez que hombres me ven como carne fresca me siento mal o peor aún cuando tenemos que ir hasta las casas de ellos a bailar y todo porque tenemos necesidades; necesidades las cuales nos hacen hacer lo que hacemos.

-Sam necesito hablar un momento contigo. -dijo mi jefe muy serio; cosa que me asusta

-Sí jefe,¿qué sucede?

-Lo que pasa esque un muchacho quiere sus servicios ya sabes bailar y eso, sé de ante mano que a ti no te gusta pero por favor ve sí; tu eres la más experimentada ya que las que van llevan menos y nunca las he mandado a casas, si dices que si te pagaré el doble, por favor Samantha.

-Esta bien, iré -dije muy segura ya que un dinerito extra me serviría.

Al llegar al camerino se encontraba una Isa muy sonriente.

-Lo hiciste genial

-Gracias, supongo.

Luego de contarle a Isabella lo que me dijo mi jefe me llevó hasta mi casa y nose porque pero tenía un mal presentimiento y no me gusta para nada sentir que nada irá bien.









Nota!!

Nuevo capítulo, corto lo sé pero espero que les guste y lamento no haber publicado antes, no estaba bien.

Rendirse no es una opciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora