Una sombra me devora a todas horas, se hace con mi cuerpo, como el virus que todo anticuerpo es inútil en el intento de defender el organismo.
Arena cae sobre el reloj, gotas colman el vaso, lento, rápido, cualquier tensión puede causarme un cortocircuito.
Prefiero escribirlo, prefiero grabarlo, aguantarme el estallido desenfrenado de esta bomba la cual puedes llamar pecado, como un poseído me pudisteis divisar, pero en ese momento mi ser estaba encadenado, la tristeza no servía, la sangre me hervía.
Violencia, caos, destrucción, ira, mi voz se quebrantaba mientras me cogían, un golpe no bastó para saciar a ese demonio, impulsos que duelen, lo he sentido a veces y puedo asegurar que me escocían.
No sé si volverá, intentaré encarcelarlo, no quiero que salga, es temerario, no teme, no siente, solo es rabia, un impulso controlable cuyo control se va de mis manos, pero lo juro, no soy malo, soy humano.
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El Libro de las Emociones
PoesíaEn este libro aún no escrito, iré plasmando cada emoción y sentimiento que me invada.