FINALIZADA (HAY UN SEGUNDO LIBRO)
Pequeñas historias de uno o dos capítulos sobre los personajes de Teen Wolf.
→ Scott M.
→ Stiles S.
→ Jackson W.
→ Isaac L.
→ Derek H./Young Derek
→ Liam D.
→ Theo R.
→ Brett T.
→ Aiden S.
→ Peter H./Young Peter
→ N...
Miro el reloj de forma impaciente y suspiro al ver que quedan solo dos minutos para que las clases acaben. Estoy tan impaciente porque mi papi me está esperando fuera, en el coche, y vamos a irnos directamente a su casa. He sido una niña buena y merezco mi recompensa.
—¿Por qué hueles a excitación? —Murmura Liam a mi lado, y me río al verle la cara de asco y sorpresa. —Oh, dios. Has quedado con Derek.
Riéndome, le guiño el ojo y rápidamente recojo mis cosas para caminar de forma apresurada hacia el aparcamiento. Vislumbro el Camaro, y a Derek apoyado en una puerta, con los brazos cruzados y toda la pinta de atemorizante. Creo que se me está cayendo la baba.
Corro hacia él, y Derek apoya sus manos sobre mi cintura, pegándome a él. —¿Has sido buena chica, bebé?
—Si, papi. —Respondo sonrojándome. Derek sonríe de lado, y me besa con fiereza, dominando el beso desde el primer segundo. Sus manos bajan de mi cintura a mi trasero, y las cuela bajo mi vestido sin ningún pudor. Cuando el beso termina, me abre la puerta del acompañante, y cuando él sube, conduce rápidamente hacia el loft, donde nada más llegar, me arranca el vestido y me deja en la ropa interior de encaje que él mismo escogió.
Derek me guía hacia la cama, y la señala. —Túmbate, quiero que me enseñes ese lindo trasero que tienes. —Asiento y con rapidez me coloco como él quiere, y cuando coloco mi trasero en pompa, recibo un azote suave. Escucho como Derek se quita la ropa, y cuando intento girarme, recibo otro azote suave. Derek coloca su erección en mi centro, y comienza a restregarse contra mí, haciéndome suspirar y gemir de placer. Llevo todo el día esperando esto. Oh, sí. Perfecto.
El lobo detrás de mí introduce su pene en mi entrada con suavidad, pero cuando menos me lo espero, entra de golpe y agarra con fuerza mi cintura, evitando moverme ni un centímetro.
—¿De quién eres? —Pregunta Derek sin moverse, y cuando la sensación es demasiado abrumadora, me vuelve a azotar de forma un poco más fuerte. —¿De quién eres?
—Tuya, papi, solo tuya. —Gimo, y Derek parece complacido, porque me da otra embestida con fuerza, y otra, y otra, hasta que está bombeando con tanta fuerza y pasión, que me deshago en gemidos por la increíble fuerza de Derek. Sigue moliéndome hasta que ruge y de una sola embestida, comienza a venirse en el preservativo, y luego mueve sus dedos sobre mi clítoris para catapultarme al orgasmo que tanto necesitaba.
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