La noche que la conocí

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Recostada sobre mi cama, un cigarrillo en la mano, mirando al techo, me sobra piel y me falta corazón.
Me cuesta respirar, notaba mis brazos cada vez más cansados y mis párpados cada vez más pesados; los pensamientos de odio me invaden así que decido dormir...... Con ese estúpido vacío otra vez.
Soñando, con una cara menos redonda, una cintura más definida, kilos menos y piernas tonificadas, ni siquiera me reconozco, pero quiero ser así y no para agradarles a otros, si no.... Para empezar a quererme a mí, de pronto noto que mi sueño se vuelve pesadilla, escucho risas despectivas e incesantes, insultos, golpes y sugerencias sin escrúpulos.
Despierto derrepente y con lágrimas en los ojos, enciendo la luz y me observo en el espejo, ¿Cómo mierda es posible que sea tan asquerosa a la vista?, A más de diez metros se aprecia la grasa sobrante que cuelga bajo mis brazos, soy una puta mierda, no logro contener las lágrimas, creo que es la única solución, creo que es momento de abrirle la puerta.

Alejandra AnorexiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora