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Era un fin de semana realmente caluroso y el pequeño chico de ojos esmeraldas, comía galletas en la casa de su abuela, y podía jurar que era lo más delicioso que había comido en años. Luego de un gran rato sentado en el pequeño comedor decidió salir, a tomar un poco de aire fresco, pues su abuela no tenía un buen aire acondicionado.

Se sentó en el cesped mientras terminaba de comer las deliciosas galletas. Harry era un chico realmente mimado, más sin embargo, no tenía amigos.

Y es que a el no le interesaban las relaciones sociales con totales desconocidos que en cualquier momento lo abandonarían por algún chico o chica, no. El quería toda la atención en el , y si no se la podían dar, era mejor que no se acercaran a el.

Cuando escucho pequeñas risitas reaccionó. Era un lugar muy tranquilo y era realmente raro que se eschuchase un ruido que no fuese el de las aves cantar. Miro al frente; a la pequeña casa que había estado abandonada por más de 2 años, pero al parecer, ya no lo estaría.

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⏰ Última actualización: Sep 25, 2018 ⏰

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Ángel [ls]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora