7

738 147 39
                                    



Desperté de nuevo dentro de un sueño, lo supe en el minuto que sentí su calor contra mi cuerpo y su fragancia, flores de loto. Su pequeño cuerpo estaba sobre el mío, sus ojos estaban fijamente sobre mí y una sonrisa se formaba en sus labios, instintivamente respondí de la misma forma.


Mire mi entorno y piedras grandes formaban las paredes de lo que parecía ser la torre de un castillo, las nubes rondaban muy cerca de las ventanas y cuando mis manos recorrieron su cuerpo desnudo, notaron cierta incomodidad de su parte.


Su cuerpo se separó del mío.


"Es momento de que me vaya, ya nuestro tiempo está por terminarse" Lo escuche susurrar, mientras se envolvía en las sabanas y veía la luna del otro lado de la ventana "Ellos vendrán por ti en unas horas y yo debo volver a mis flores"


"Yo... Yo te amo" Me escuche decir en un tono firme y sus ojos se abrieron "Prefiero renunciar a todo que seguir estando sin ti un día más"


"Ya intentamos hacer eso y terminamos aquí... o por lo menos tú lo hiciste" Sus manos se posaron sobre mis mejillas "Esta es nuestra despedida, ¿recuerdas? Me lo prometiste y me lo prometí"


"Escapa conmigo" Me levante, intentando acércame y dio unos pasos hasta que estuvo frente a la venta.


"¿De nuevo?" Su sonrisa se tornó triste y una lágrima recorrió su mejilla "La próxima vez que nos atrapen no escapare con solo unos rasguños"


No entendía a lo que se refería, hasta que lo vi desprenderse de las sabanas y la luna lleno su cuerpo y espalda, que estaba llena de cortadas que aun parecían frescas y dolorosas.


Inevitablemente las lágrimas abandonaron mis ojos cuando el resto de los recuerdos comenzaron a inundar mi mente.


Intentamos escapar y fuimos delatados por unos de los sirvientes de la casa, Jeongin fue azotado ese día hasta que fue dado por muerto en los pantanos y yo fui encerrado en esta torre, hasta que ellos decidieran que mis pecados estaban expiados.


Mis manos se movieron con delicadeza sobre sus heridas y su cuerpo se tensó ante mi toque, pero luego se relajó y se dejó llevar. Bese cada centímetro, intente reparar con caricias y con amor todo el daño que le habían hecho por mi culpa.


Jeongin tomo mis labios entre los suyos tan pronto nuestras frentes estuvieron una junto a la otra, e inhale su aroma que me hipnotizaba y me transportaba fuera de ese mundo de sufrimiento al que estábamos condenados.


Su cuerpo se entregó ante mi amor y en pocos segundos volvimos a estar sobre la cama, mi masculinidad intentando entrar hasta lo más profundo de su ser, mientras sus manos acariciaban mi espalda, nos volvimos uno.


Nuestros gemidos inundaron la habitación tan pronto su interior fue llenado con mi esencia, me sentía embelesado ante nuestro acto de amor, su cuerpo virgen entregándose por primera vez a mí.

The Ghoul (Hyunin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora