The Ghoul (Hyunin)

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Mi kagune choco contra la espada de Félix y este lo repelió de un solo golpe, en su otra mano descansaba una especie de maletín con detalles de colores que mantenía cargando a todos lados, y aunque en el medio de una pelea debía ser una carga, algún secreto guardaba o el peli rosa no lo estaría protegiendo.

"Te mueves bien" Halago el pecoso, sonriendo "Eres más ágil que antes"

"Y tu eres bastante ágil para ser solo un humano" Comente, mirando al contrario dejar el maletín en el suelo por primera vez.

"Gracias, tuve un excelente maestro" Contesto el peli rosado, tomando ahora la espada con sus dos manos.

"¿Bangchan?" Pregunte, preparándome para recibir su ataque.

Félix era impresionantemente rápido. El pecoso corría a una velocidad que no era normal para un simple humano, e incluso sus reflejos eran bastante rápidos y ya se me hacía difícil acertar un golpe. Mi intención no era matarlo o hacerle daño, puesto que un golpe de mi kagune sería grave en un cuerpo humano como el suyo, pero debía demostrarle que estaba listo para luchar o no me contaría lo que sabía de Jeongin.

Su espada cortó a través de dos de mis tentáculos con aparente facilidad, por lo que genere dos nuevos y di un salto, repitiendo mi ataque con mayor impulso y fuerza, logrando acorralarlo en un solo lugar. El peli rosado bufo cuando noto lo que intentaba y soltó su espada antes de alejarse dando volteretas y saltos en el aire en dirección a su maleta.

"Mi maestro no fue Bangchan" Comento el pecoso, tomando el maletín en sus manos "fue Changbin"

Lo mire con sorpresa ante la revelación que luego me pareció obvia, considerando que este luchaba usando una espada al igual que el pelinegro de fuego. La maleta que yacía olvidada fue tomada por sus dedos y cuando dejó caer una parte de esta, de inmediato se transformó en una estructura blanca y huesuda con espinas, parecida a una espada, pero con detalles de un kagune.

"¿Qué es eso?" Pregunte, tomando precaución.

"Es una quinqué" Contesto Félix, sonriendo "Es un arma que usan los cazadores, está hecha con los kagune de los ghouls que matan, al igual que mi espada"

"Impresionante" susurre.

Mire de nuevo el arma en manos del peli rosado y suspire, era impresionante lo mucho que el mundo había cambiado mientras me mantenía escondido. Las pistolas y espadas que antes no solían hacernos daño, ahora estaban hechas de nuestra propia carne, una forma un tanto irónica de matarnos.

Félix no perdió ni un segundo, el arma en sus manos se estiro como si fuese un látigo y voló en mi dirección. Esquive el primer ataque con un salto, pero la huesuda arma se desvió del suelo y me golpeo directamente, lanzándome contra el muro más cercano.

Me levante, limpie el sudor en mi frente y comencé a correr en dirección del rubio, que parecía no podía cambiar de posición mientras su arma estuviese activada. Lance un ataque directo y el huesudo látigo comenzó a moverse a su alrededor, formando una especie de barrera protectora que de seguro me dañaría si intentaba acercarme.