—¿Disculpe? -Estaba confundido, enojado, quería que todo fuera una vil mentira de aquel estúpido doctor.
Me sentía incapaz de hablar, era como si de repente me hubiera quedado mudo pero es que, ¿Cómo le digo a un niño de 9 años que va a morir? No, no podría hacerlo. Al costado mío se encontraba Shima, quién lloraba desconsoladamente a llantos, llantos que rompían mi corazón como nunca antes.
No podía dejar de observarlo, sin embargo tampoco me movía mínimo para abrazarlo. Con la mirada postrada fijamente el él sentí como las violentas lágrimas comenzaban a empapar mis mejillas poco a poco.—Sólo le aseguramos un mes más de vida... -y de repente los llantos de Shima cesaron como si lo hubieran puesto en «pausa» e incluso mi manera estática de mirarlo terminó.
Sin agregar algo, el médico continuó hablando.
—Tendrá náuseas, falta de apetito y...
-¡Cállate! -gritó eufórico. —Por favor, sólo guarde silencio... -De nueva cuenta Shima volvió a llorar, siendo más callado esta vez. ¿Por qué le gritó? Probablemente el tipo ya no querrá hablar por el miedo a que le grite de nuevo. Yo quiero saber lo demás, creo que debería sacar a Kou de aquí y una vez que sepa todo a detalle, contárselo a él en la casa cuando esté más tranquilo.
—Shima, sal de aquí -murmuré acercándome para besarle la frente con la intención de calmarlo. Al principio me miró desconcertado, dudoso, pero no se negó e hizo lo que le pedí.
Sus llamados hacían disminuido a simples sollozos.
—¿Puedo continuar? -preguntó casi susurrando el doctor a lo que yo tan sólo asentí con leves movimientos de cabeza. —Como mencionaba, el niño tendrá náuseas, vómitos, falta de apetito, algunas dificultades al respirar, dolores y fatiga. Un infierno para su corta edad.
—¿Un mes? -apenas caía en cuenta, mi hijo iba a morir. —¿Sólo un mes estará conmigo?
—Señor Shiroyama, los doctores tenemos prohibido dar falsas esperanzas... -suspiró bajando la mirada. —Si, sólo tiene un mes más de vida, el cáncer pudo con él.
—Entiendo... -Admito que no lo había escuchado, ¿Cómo hacerlo? En mi mente tan sólo pasaban los días que estuve con mi pequeño hijo, desde el día que lo adopté hasta esta mañana cuando reposaba en su habitación del hospital.
Mi pequeño... No quiero que mueras.
•
•
•—Ahora abre tu regalo, Yuzuru -asintió y fue hasta Shima con una enorme sonrisa pintada en su infantil rostro, sin embargo esta se borró un poco cuando vió que la envoltura marcaba un objeto plano, muy plano. Sin duda no era su nintendo 3ds.
—¿Qué es, señor Yuu? -cuestionó antes de comenzar a quitarle la cinta con cierta decepción —No es el nintendo que quería, ¿Verdad?
—Por supuesto que no -Yuzuru suspiró desilusionado y ahora con muchísimas menos ganas terminó de retirar el envoltorio. Shima sonrió y añadió. —Bienvenido.
Comenzó a leer su regalo que contaba de una hoja enmicada y con el pasar de varios segundos la sonrisa que anteriormente tenía volvió a salir y sus ojos se llenaron de lágrimas. Estaba feliz, al fin iba a salir de ese orfanato y tendría un hogar estable con una familia que lo amaría incondicionalmente.
A su corta edad de 7 años ha visto cosas que lo han marcado, sea para bien o para mal.
Iniciando por el hecho de que vió a sus padres morir en la cama de un hospital cuando tenía 4 años después de que ellos tuvieran un accidente automovilístico en el cual, gracias a Dios, Yuzuru no iba.
Obviamente quedó huérfano y para ese entonces él no reconocía a ninguno de sus familiares , por lo que fue llevado a un horfanato de Kanagawa.—Ven acá -Shima se levantó del sillón y se dirigió casi llorando a Yuzuru, abrazándolo con dulzura y delicadeza cuando ya estaba lo suficientemente cerca. —Mi niño hermoso.
Mientras ellos lloraban casi a llantos estando abrazados, yo los observaba con una enorme sonrisa imaginándome cómo sería nuestra vida de ahora en adelante. Mi madre me dijo miles de veces que sí seguía con mis cosas de ser "homosexual" nunca tendría una familia ni un futuro agradable.
Puede que no sea mi hijo biológico pero sé que me va a llenar de orgullo y que me amará tanto como yo a él.Ya con el pasar de varios segundos decidí unirme a su abrazo y llorar de igual forma.
Lloraba por muchas razones, mis sentimientos estaban cruzados, también mis emociones, era un mar de razones por las cuales derramaba mis lágrimas. Esto da a entender que tengo lindos sentimientos y que soy un hombre sensible, ¿No?—¿No me dirán nada por tener dos papás? No quiero más burlas... -Decía entre sollozos mi "nuevo" hijo.
Pero ahora que lo reflexiono...
¿Le harán bullying por esto? No me gustaría que niños se burlen de él porque tiene una familia "especial". Supongo que tendré que hablar con Shima y llegar a un acuerdo, decidir quién irá por él a la escuela y decirle que no comente nada sobre sus dos papás.—No te dirán nada, de eso nos encargaremos nosotros -Le di un tierno beso en el cabello y despeiné el mismo un poco.
—¿Lo prometes, papá Yuu? -dejé salir unas casi inaudibles risas por como él me llamó.
—Lo prometo, Yuzu -el pequeño se despegó del abrazo y con lágrimas en los ojos me sonrió mostrándome cierta felicidad.
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•
•—Esto no puede ser en serio... -susurraba Shima entre sollozos estando abrazado de mí. Ya le conté todo.
—La vida es muy injusta, lo sé -Me mecí un poco en un intento de tranquilizarlo. Sabía que no funcionaría pero quería intentarlo. —Pero al mal tiempo buena cara, ¿No?
—Supongo que si -parecía estar calmándose. —¿Qué haremos ahora, Yuu?
Me mantuve en silencio pensando una buena respuesta, una que no fuera directa y cruel. Shima es muy sensible y aún más cuando se trata de su pequeño Yuzuru, tanto así que cuando él llora, Shima también llora.
Después de estar varios segundos en silencio me digné a hablar.—Nos enfrentaremos al cáncer, juntos.
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Don't Run [Aoiha]
FanfictionEl amor lo puede todo, ¿no? eso es lo que dice la gente... ¿podrá también contra el cáncer? ¿podrán ambos correr de él? Aoi y Uruha, siendo ambos una pareja casada, buscan aquella respuesta con apresuro para salvar a la persona más amada por ambos;...