Cap. 5 | No corras.

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—Yuzuru, yo creo que ya deberías irte a dormir, mañana tienes que levantarte temprano para ir a la escuela -Shima era tan amable con nuestro pequeño que sólo escucharlo me daba una extraña paz, era algo muy bonito.

—Si, Papi, ya voy -él se encontraba jugando en la alfombra de la sala con varios muñequitos de acción, inclusive me dió pena ver cómo tenía que recoger todas sus cosas para irse a la cama, en serio parecía estar muy concentrado en su juego.

Tras echar todas sus cosas en una bolsa de plástico color negro, Yuzu se puso en marcha a su habitación con Shima a sus espaldas, como todos los días, iba a ponerle la pijama y a leerle algún cuento para hacerlo dormir. Hoy tenía muchas ganas de ir con ellos por algún extraño motivo, siempre suelo seguir con mi vida y dejar que mi esposo duerma al niño pero no sé, algo me impulsó a ir.
Tan sólo entré y me recargué en una pared con tranquilidad, suspirando y cruzándome de brazos como si ninguna preocupación pudiera interrumpir la atmósfera formada. Esperé a que Kou terminara de contar su cuento, después le dió un beso en la frente y salió de la habitación a la par mía, apagando la luz.

—Es un niño hermoso... -susurré sonriéndole muy de cerca a lo que él asintió con aquel aire maternal.

Terminamos yendo a nuestra habitación para dormir también, últimamente el estado de nuestro hijo nos preocupaba mucho, era cierto que teníamos miedo sobre lo que pudiera pasarle pero no debía de importarnos ahora, el doctor dijo que Yuzu daría señales de que el fin iba a llegar y hasta ahora casi no ha pasado nada que no sean vómitos y mareos, solamente eso.

—Buenas noches, Yuu -susurró Kou agregando un beso en mis labios, abrazándome por el torso con algo de fuerza, abrazo al que yo correspondí.

No pasó mucho tiempo después de haber cerrado los ojos y ya estaba dormido profundamente, lo sabía porque un sueño estaba siendo proyectado, era uno muy extraño. Yo estaba parado enmedio de una habitación completamente blanca... O así parecía hasta el momento. De la nada comenzaron a pintarse huellas de manos pequeñas en las paredes, huellas hechas con pinturas de muchos colores... Pero había algo extraño; todas eran iguales, todas las huellas se parecían e incluso llevaban un patrón de colores y una distancia definida entre cada huella. Yo no podía moverme. Suspiré en el mismo lugar y me detuve a mirar las huellas que mi vista podía alcanzar, no tenía nada interesante.

Papá, hola -Una voz curiosa se hizo presente en la habitación y cuando volteé la mirada, Yuzuru ya estaba parado al lado de mi, vestido de blanco y con una sonrisa en su rostro.

Hola, tú -Yuzu rió y se cambió de posición hasta quedar frente a mí. —¿Pasa algo en específico aquí?

Si, papá, yo estoy aquí para despedirme. -Estúpidamente reí sin estar consciente de lo que él había dicho sino hasta segundos después, de tener una sonrisa leve en mi rostro pude sentir como mi semblante había cambiado drásticamente a uno que demostraba preocupación y desentendimiento. —Si, verás... Cuando tú despiertes yo ya no estaré con vida, papá. ¿Recuerdas el barquito? Bueno, pues entendí que ese barquito que me llevaría por la "vía láctea" en realidad me iba a llevar a la otra vida, lo entendí cuando Papi lo dijo directamente contigo en la cocina hace una semana. Me duele mucho tener que decirte adiós, papá, pero muchas gracias por haberme hecho feliz, gracias por haber dicho que me querías todas esas veces, yo también te quiero mucho. Espero me perdones por no haber podido quedarme más tiempo contigo, dile a Papi que lo quiero mucho y que por favor, ya no llore por mí en las noches.

De seguro mi mente me está jodiendo, por Dios, tu salud me tiene muy mal, no puedo soñar cosas lindas.

No, papá, entiéndelo, yo...

Don't Run [Aoiha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora