❝Tragedia en el Cielo.❞➭ ʙᴛs sʜᴏᴛs.

❛ 邪惡的小花. ❜

Flor del Mal.

Un niño al igual que una flor, se dispuso a salir de su capullo y florecer sin saber que lo haría lleno de espinas, inmóvil, pues su destino cruel había decidido que le tocaría vivir para el mal, ser el hijo del señor de los pecados.

El niño, rebelde y terco, nunca lo aceptaría, él ansiaba la felicidad e iba a luchar hasta el último segundo en que sus pétalos caigan.

Y así comenzó una disputa entre
ambos, padre e hijo, el niño se
negaba a obedecer las crueles
demandas de su progenitor, que de su parte, comenzaría este juego donde no tendría piedad.

"Si quieres ser libre, si quieres ser feliz y osas rechazar mi reino y el trono que te heredaré, lo aceptaré, ¿quieres ser humano? Lo harás, pero tú debes encontrar tu felicidad, y si no lo logras volverás y reinarás las llamas que te corresponden de nacimiento."

Y con esto dicho, comenzó un juego cruel, pues aquel chico estaría equivocado si pensaba que el mismísimo diablo, quien es un excelente estafador, no se la haría difícil.

Y así fue.

Soltó a su hijo a las adversidades y los peligros de la vida entregándole un cuero nuevo a su ser y vistiéndolo como un humano. Le dio vida, más no oportunidades de felicidad.

"Señora, lamentamos informarle que el diagnóstico para su hijo es alexitimia."

Y ese sería sólo el comienzo de su
desafortunada existencia en la tierra.

Su padre, ya tenía su tablero de ajedrez preparado para realizar en el las mejores jugadas hasta dejar a su hijo en jaque.

Ahora JiMin tendría que encontrar
la felicidad, en lo más profundo de su ser, pues su trastorno no se lo dejaría fácil.

Y esa solo fue la primera edpina que se le adjudicó a su flor.

Con el tiempo desarrolló habilidades para aparentar ser normal, haciendo así una jugada en contra a su padre, quien, en realidad satisfecho de que su hijo haya caído en su propia trampa, fingió felicitarlo.

JiMin al ser humano era totalmente ingenuo e ignorante de que la realidad era que ya había sido condenado por su padre, pues fingir emociones y vivir en una mentira terminaría por enredarlo hasta el fin de sus días.

Pero su padre sabía que pasaría mucho hasta que él lo notara, así que decidió apresurar las cosas con un factor: el falso amor.

Y así fue como Min YoonGi entró en la vida del niño flor.

Su primer encuentro fue casual, pero JiMin comenzaba a confundirse, ¿será acaso que de tanto fingir emociones las había desarrollado? Eso fue un rayo esperanzador para él, porque si podía enamorarse de aquel chico, podía ser feliz.

¿Podía?

Tal vez.

El niño, desesperado por aquel sentir, cometió el primero de sus errores.

Fingir sentir amor, hacia el hermano menor.

Creyó que sería una forma efectiva de poder acercarse al pálido, pero no pensó en sus consecuencias.

Tal cual como un humano.

Comenzó a desesperarse por él, por ganar a su padre, demostrar que podía ser feliz, que podía ser humano, y alejarse de toda esa maldad que le correspondía por excelencia. Eso fue lo que creyó.

Pero tan lejos llegaron sus mentiras que a oídos del menor llegó la vil información.

"JiMin no te ama."

Y desde ahí, una liana venenosa comenzó a enredar a la flor desdesus raíces haciéndole pagar el precio de sus mentiras y engaños.

Y cómo un castigo final, la flor vio a su amado suicidarse frente a él.

. . .

"Una mañana fría en Daegu debemos decir. Recientemente se descubrió el cuerpo sin vida de un estudiante, la identificación de este reveló su identidad: 'Min YoonGi'. Los médicos forenses no encontraron daños profundos en su corteza, pero podemos deducir que se rompió las costillas luego del impacto lo que pudo lastimar sus pulmones y así, morir."

Dijo un hombre en la radio.

La joven flor no sabía que más debía hacer, había perdido sus esperanzas de felicidad al ver a su amado morir, y trató desesperadamente de encontrar a alguien que lo haga sentir así, pero nada.

Todos lo odiaban en la escuela y lo culpaban del suicidio de Min, más también que quebrar el corazón del hermano menor del pálido, JungKook, quien ahora se encontraba en mudanza con su madre.

Por mucho tiempo, JiMin estuvo
llorando, pero finalmente levantó
su cabeza al cielo y contempló las estrellas, buscar una respuesta con Dios sería irónico siendo el hijo del Diablo, pero, ¿qué otras alternativas tenía? La muerte se podía casi respirar, y lo hubiera hecho, Park JiMin hubiera saltado desde su ventana en ese mismísimo instante, si no fuera por algo: una de las estrellas comenzó a brillar con suma intensidad frente a sus ojos, ¿será una señal?

Un escalofrío recorrió todo su cuerpo y por instinto volteó, pero no había nada, nadie. Aún así, podía sentir la tranquila presencia de alguien, sabía que no se trataba de su padre, seguramente era un ángel.

Se despegó de la ventana y se dirigió a su cama, sintió una amigable brisa que lo invitaba a descansar.

Nadie hablaba.

Estaba solo.

Sin embargo, juraba haber oído a aquel ser místico en su oído.

"Descansa, ahora yo te cuidaré de tus demonios."

Y el niño flor, tal cual un girasol,
bajó su mirada del cielo, cerró sus
párpados y cayó en un sueño.

"Tu deber es evitar que este muchacho se suicide."

La voz de un ser divino hizo eco en la habitación, pero nadie se encontraba allí, nadie más que JiMin.

Y por supuesto, nadie más que Min YoonGi.

¡Acabas de recibir un mensaje!

Una alarma resonó del celular de aquel chico de cabellos de oro.

. . .