Muchas de esas veces en las que estoy sumergida en mis pensamientos me planteo como sería volver a tener 5 años. Esa edad en la que no te tienes que preocupar de nada más que de jugar sola con amigos o un objeto cualquiera. Esa edad en la que te encuentras una caja de cartón que te acompaña a todas partes en forma de nave espacial o de coche de carreras durante todo un día. Esa edad en la que el mayor dolor que sentías era cuando estabas aprendiendo a montar en bicicleta y te caias haciéndote un ligero rasguño que empezaba a doler cuando veías la sangre. Esa edad sin preocupaciones ni miedos siendo la reina de todo lo que te rodeaba. Esa edad en la que si no te gustaba cualquier cosa lo moldeabas a tu antojo hasta que te gustara.
Pero como todo en esta vida eso se acaba, porque finalmente todo absolutamente es efímero. Según vas creciendo te vas dando cuenta de que las cosas no son ni parecidas a como eran con cinco inocentes años.
Con diez, once, doce años las cosas empiezan a cambiar de forma demasiado precipitada, pero sigue quedando esa inocencia que tienen los niños y que todos hemos tenido alguna vez.
Como ya sabes mi vida nunca ha sido demasiado dura. He tenido dinero, familia, sacaba buenas notas y estaba orgullosa de mi misma. ¿qué más se puede pedir?
Mi vida era absolutamente perfecta. Te encontré a ti y con eso me sobraba, ya no necesitaba nada más. Pero cuando la vida ve que todo va perfectamente bien te llega la ostia. Esa ostia de la que todos hablan. Esa ostia que te hace de un minuto para otro pasar de ser una persona con una sonrisa en la boca a todas horas a ser una persona que sólo tiene la boca para comer, si acaso. Pasar de ser una persona que no par a de hablar a ni siquiera abrir la boca para introducir el cuello de la botella de agua.
La ostia no se controla y llega en el momento en el que mejor estas, para que sea más traumática y deje secuelas.
Tu, la única persona que sabe todo sobre mi, la única a la que le cuento todo, la única que me conseguía ayudar de verdad. Pero ya no. Ya no me puedes ayudar, ya no me puedes aconsejar, ya no puedes hacer que levanté cabeza porque está bajo tierra. No te culpo, claramente no te culpo, no es culpa tuya ni muchísimo menos. Tu ya no lo sufres y me alegra que no lo sientas, realmente me alegro muchísimo de que sea yo y no tu la que tiene que sufrir por las dos.
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No Por Siempre Pero Si Para Siempre
Fiksi PenggemarUn libro que habla de lo fácil que es perder lo que más quieres, tengas o no la culpa. Un libro que libera sentimientos dentro de ti. Un libro que relata momentos en la vida que todos podemos llegar a pasar. Un libro que tiene muchas sorpresas en su...