Malestar

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Sinopsis

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Sinopsis

Si el 16 de febrero hubieras preguntado a Claude Fevrier de qué iba su vida, te hubiera hablado de las geniales oportunidades que estaba teniendo en su carrera teatral, de como su parte de custodia de su hija pendía de un hilo y de como sus dos preocupaciones eran demostrarle a la juez que vivía en un ambiente adecuado para una niña -o sea, esconderle la mayor parte de su vida- y encontrar un modo de continuar su carrera sin perder el contacto con la pequeña Ophélie.

Si se lo hubieras preguntado el 17 de febrero, en cambio, le hubieras visto una mirada angustiada y una actitud paranoica. «Un día volví a casa y había dos cadáveres en el comedor», te diría. «Ahora guardo un tesoro funerario en una mochila. No tengo ni idea de qué estoy haciendo. No tengo tiempo de hablar. Ni de pensar. No es un secuestro si es mi hija.»





Reseña realizada por: Poisonganger






El humor de Malestar es afilado, muy afilado. A veces sutil, a veces basto y negro o sarcástico e inteligente, fruto de haber observado y reflexionado mucho sobre la situación de la Humanidad actual. De hecho, es la capacidad de la autora de observar el comportamiento humano lo que hace de Malestar algo diferente y memorable para los lectores.

Por un lado, dicha capacidad enriquece la calidad de los personajes. ¿Es casualidad que Claude sea actor y se fije siempre en las expresiones tanto propias como ajenas y el lenguaje no verbal? En clave de humor, Malestar nos presenta a personajes dispares, cada uno con su propia concepción de lo que es la vida.

Detrás de todas sus locuras, sus pensamientos retorcidos y sus acciones medio estúpidas medio inteligentes, existen unos pilares colocados por la persona que lo ha creado para incluir mucha, mucha crítica social de forma muy elegante y sobre todo, muy casual.

El humor siempre ha sido la defensa del ser humano para tratar temas delicados, complejos y deprimentes, el eterno salvavidas que hace que no nos hundamos en el pozo. La vida de Claude es desgraciada. Ha nacido con la maldición de ser demasiado inteligente, consciente y empático pero aunque él viva atormentado y recurra al tequila como medida inmediata de consuelo, su propia mente se burla de él para que nosotros podamos observar todo desde la barricada. Con una narrativa en tercera persona que nos proporciona lejanía para no contagiarnos e inmiscuirnos demasiado en su desastrosa vida pero subjetivo para conocer al detalle todos sus pensamientos con los que reírnos.

Poco a poco, se crea un microcosmos de inmundicia emocional, psicológica social y física de una forma tan magistral, que cuando acompañamos a Claude a lugares que no son cementerios ya cerrados o una casa con cadáveres y fantasmas, nos resulta incluso extraño y fuera de lugar. Poco a poco, nos introducimos en el mundo del actor de forma tan profunda que la casa de sus padres, las peticiones de su exmujer y la vida de sus hermanos nos repele porque son normales.

Cada personaje es más extraño que el anterior y Malestar los une y separa por causas comunes y a capricho, añadiendo además de forma natural la inclusividad sin que sea descarado. Son personajes bien hechos y profundos.
Las subtramas se desarrollan con una fluidez increíble, sin un solo tirón. No se acaban todas en tropel. Se abren y se cierran continuamente con personajes más efímeros que otros y eso siempre añade altibajos. Se terminan en un momento donde procede y sobre todo, colaboran para hacer la travesía de Claude más interesante. Una de las cosas que más he apreciado es que hasta el final, no sabes qué decisión se va a tomar.

La relación paternofilial es lo que condiciona toda la trama maestra y no perdáis de vista esa trama maestra de huida, a la que también le ha dado una vuelta de tuerca en pos de la originalidad. El motor de vida de Claude es Ophélie, porque ha encontrado un resquicio de esperanza en un mundo podrido en el que ya no cree. Por eso, todos sus movimientos están condicionados por esa niña pequeña que no es consciente de lo que sucede. Sin embargo, no todo es tan fácil.

No es una relación normal, porque Claude no es, desde luego, normal y allá cada uno para pensar si la normalidad es algo bueno o algo malo. En cualquier caso, lo que importa es que con esta relación se muestra a un protagonista extremadamente gris.

Nos encontramos ante una trama de una huida que nunca se llega a ver y que en ningún momento sabes si lo va a conseguir o no lo va a conseguir, porque lo que importa son todos los problemas morales y logísticos que se le puede presentar a una persona de clase media corriente en una situación como esa. Más divertida aún si es alguien como Claude.

El misterio está muy bien dispersado, en los momentos justos para ir conociendo la historia. Aquí la autora ha sabido diferenciar a la perfección, de hecho, esa historia de la narración y gracias a tenerlo tan claro, se ha podido trocear y diseminar para mantener la tensión en todo momento, habiendo picos altísimos.

No solo es una buena historia, sino que también está bien escrita pero lo más destacado y personal que la diferencia del resto es que es muy visual. No en vano Claude es actor de teatro.

Ha sabido colocar a los personajes en un espacio tiempo correcto e idóneo para la historia que busca. Las descripciones me han dejado con la boca abierta y no solo las físicas, sino las de acciones, como la huida de Claude por el ventanuco de una discoteca de mala muerte.

También es buena eligiendo qué describir. Margot es china y no se dice de forma explícita porque Claude la conoce desde hace años, ¿para qué va a hablar sobre sus ojos rasgados? Detalles que otorgan calidad no solo a la profundidad de los personajes y el estilo, sino a la obra como un todo general.
Por todas estas cosas, Malestar es una obra muy visual que se podría convertir incluso en película y para nada exagero. Al encontrarnos con un protagonista que es actor, este se fija mucho en las expresiones, los gestos y en definitiva, cosas en las que ninguna otra persona se fija. De hecho, otorgarle la estética teatral ha sido como el toque final para darle una homogeneidad que junto al significado del título, hace aún más especial y atractiva la historia. Logra marcar diferencia, desde luego.

No es para nada lo que parece al leer la sinopsis, que evoluciona y no se estanca en una sola cosa. Cuando creemos que ya sabemos qué va a pasar porque lo hemos leído en la presentación y llevamos dos o tres capítulos, de repente, las cosas cambian al completo y te quedas descolocado, sin saber qué va a pasar. Una situación extraordinaria en la vida de personas más normales de lo que nos gustaría creer que se enfrentan con torpeza a algo para lo que no están preparados.




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