Podía verlo una y otra vez y me seguía preguntando por qué me cautivaba tanto, veía esos ojos y aún que me resignaba, seguía perdiendo me en su mirada; Me han contado que la droga más fuerte para un humano es otro humano, que aveces el paraíso no puede ser un lugar si no una persona, el es mi droga, el es mi paraíso.
Si el fuera el pecado yo ya tendría un lugar apartado en el infierno.
Veo cada lunar de su rostro, cada facción de su bello semblante; aveces me imagino que si alguien rompiera su corazón y ya no sonriera, sería mi fin, mi destrucción.
Sé que ama ver mi mundo arder pero no me importaria quemarme si de el se tratará.
El sonido de su vos, de esa voz tan peculiar me enamora y me hace caer en un agujero que se hunde cada vez más y más.
Me estoy desfalleciendo; yo a él lo amo, lo odio, lo extraño, lo estimo, lo tengo que dejar ir.