Primeramente me gustaría aclarar algunos puntos
1- La historia es de mi total autoria.
2- No voy a aceptar comparaciones, la historia es original de mi invención.
3- No habrán otros ship aparte de Larry.
4- Todo comentario ofensivo, crítica mal infundada, sera eliminado.
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Nada era como se había pensado.
El chico tenia el labio roto y estaba en el suelo con los ojos llenos de lagrimas.
Unos hermosos ojos verdes, ahora algo pálidos, sin vida, muertos.
— Señor, ¿esta totalmente seguro de esto? - musito unos de los hombres de negro mirado a su jefe de reojo.
— ¿Cuando he dudado en algo?
El castaño se despertó agitado con una capa de sudor cubriendo su frente, de nuevo las pesadillas lo atormentaban, de nuevos esos recuerdos estaban volviendo a su mente, lo que provocaba que su pulso estuviera agitado al igual que su respiración.
— Buenos días señor, le dejare su desayuno en la mesita de noche.
El mas alto solo ignoro a su ama de llave yendo a lavarse la cara, ocupaba despertarse del todo antes de comer algo o pensar en algo. Las pesadillas volvieron justo después de ver por primera vez al joven de ojos azules, ojos del mismo color que el hombre de hace 20 años. Aquel hombre que lo marco de una manera que jamas podría olvidarle.
Por otro lado estaba el pequeño omega siendo despertado por los dulces besos de su madre.
— Hora de despertar, cachorro
— Mamá, tengo 18 ya no soy un cachorro - el ojiazul menciono con una sonrisa adormilada frotando sus ojos con los nudillos mientras la madre salia de la habitación.
La tela de ceda resbalaba por el hombro del castaño, una imagen digna de ser llamada arte, su cabello alborotado y sus labios ligeramente rosados hacia del pequeño omega uno de los deseados, la misma rutina de todos los días, levantarse, tomar una ducha y alistarse para ir a la academia donde estudiaba piano y violín, cualquiera diría que su familia era adinerada.
Pero una beca por excelencia académica era lo que ayudaba a la familia.
— Procura que no escuche, aun no se como se lo voy a decir, es muy joven todavía.
— No es nada permanente solo hasta que logre pagar.
El ojiazul estaba al otro lado de la pared con la vista en el suelo, sus ojos levemente cristalizados.
— ¿Porque no pueden decirme?
Louis se había animado a preguntar saliendo de su escondite mirando a sus padres quienes al verlo lucían algo sorprendidos.
— De verdad lo siento hijo, no me dieron muchas opciones, Felicite aun es muy pequeña y tu.. bueno tu ya eres mayor, dijo que no importaba el genero
Su rostro palideció unos cuantos instantes tratando de derramar las lagrimas que tenia retenidas segundos atrás.
— ¿Quieres decir que no le importa genero? ¿que debo irme de casa?- su voz ahora estaba convertida en apenas audibles, susurro.
— Si
El sonido de la puerta rompió el silencio incomodo oyendo como llamaban al jefe de familia.
— Son ellos, mandaremos tus cosas después Lou, tu quédate tranquilo, tu padre arreglara todo! - musito la madre a su pequeño hijo tratando de darle esperanza al menor, sus ojos estaban rojos, pero no se permitía llorar para que no sufriera aun más.
— ¿Como estas tan segura? No quiero ir mamá... Por favor, no quiero irme
Las palabras de su madre giraban en su cabeza tratando de darle esperanza cosa que era difícil, ya había escuchado en la academia que los grandes mandos criminales solicitaban omegas vírgenes para sus subastas, haciendo que la familia se viera endeudada con ellos para recibir como pago a sus hijos.
— ¿Esta entre los que serán subastados?- pregunto el ojiverde subiendo al auto.
— Yo mismo fui por el señor.
— Muy bien, vamos entonces, mis planes marchan muy bien - la sonrisa del mayor era algo macabra pero muy seductora, igual que comparar la oscuridad con el deseo que brota de esta.
La camioneta negra salio de la mansión con rumbo a la dirección de la subasta.