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Sus manos estaban frías, su corazón estaba latiendo rápido y tenia ganas de salir corriendo de ahí pero, antes de que lo hiciera, Mark lo amenazó con la mirada obligándole a quedarse ahí.
Jinyoung llevaría a Youngjae al lugar en donde estaban Mark y Jaebum con la falsa excusa de que iban a comprar algo.
— Jinyoung hyung, ¿seguro que vamos a comprar?
— Sí Jae, tú tranquilo. — dijo de manera suave llegando por fin al lugar en donde estaban esos dos.
Jinyoung dirigió a su menor hasta los mayores mirando mal a Jaebum una vez hicieron contacto visual.
Youngjae al ver a Jaebum, respiró de manera agitada agachando la mirada evitando llorar, en verdad extrañaba todo del contrario y le dolía que se estuviera alejando de él los últimos días.
Los cómplices se miraron y se fueron lentamente para que sus contrarios conversarán a solas.
— Youngjae... Y-yo... Perdoname, perdoname por tomar esa actitud tan inmadura, no sabía que hacer. — habló con nerviosismo caminando lentamente hacía su contrario. Lo tomó de la barbilla y alzó su cabeza para poder observar sus hermoso ojos los cuales estaban brillosos debido a que las lágrimas querían escaparse de estos y resbalar por su mejillas algo regordetas.
Jaebum soltó un pequeño suspiro y se acercó dándole un suave beso en sus labios. Extrañaba el sabor a sandía que estos tenían.
— A lo que quiero llegar con lo que te dije y con este beso que te di, es que sepas que me gustas mucho, realmente mucho. No sabía que era sentir algo realmente fuerte por alguien hasta que tú me enamoraste, gusto de ti muy profundamente en verdad perdoname por ser un idiota, eres lo mejor de mi vida y no te quiero perder, no sabía que hacer porque tenia miedo de que estuviera mal pero no lo está. — acarició suavemente una de las mejillas del contrario mientras este hacía un puchero comenzando a sollozar por las hermosas palabras que el mayor le había dicho.
Se abalanzó a sus brazos y lo abrazó de manera fuerte.
— T-te extrañé...
— Yo también bebé, fui un idiota, lo sé, pero ya estoy aquí queriendo preguntarte algo de manera rápida. — dijo dejando un beso en su cabeza. — ¿Quieres ser mi novio?— cuestionó separándose un poco del abrazo para mirarlo a los ojos.
Los ojos del menor se volvieron a humedecer y de inmediato asintió con su cabeza volviendo a abrazar al mayor.
