𝗢𝗿𝗶𝗴𝗶𝗻𝗮𝗹
➵Kirishima Ikiya
✧*:.«Con esta rosa puedo representar lo que siento por ti»｡.:*✧
Pareja Oficial: Kirishima Ikuya.
Male!Reader
Omegaverse
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Sᴇᴄᴜɴᴅᴀʀɪᴀ Iᴡᴀᴛᴏʙɪ.
—¿Le regalaste algo a tu madre?.—miró de reojo a su compañero, apartó la mirada sin responderle, ocasionando que el imperativo Beta soltara un bufido.—Ikuya, no me ignores.
El de cabellos verdosos solo suspiro, y como respuesta a su anterior pregunta, solo asintió. Asahi sin saber que mas charlar con su compañero Omega se retiró para jugar un rato basquetbol con Kisumi. Con ojos curiosos, Kirishima observaba como algunos Betas, Alfas y hasta Omegas hombres le daban felicitaciones y uno que otro detalle a las mujeres, esa mañana era Ocho de Marzo, día de la mujer. Por celebración, les habían dado las últimas tres horas libres a los estudiantes, por ende, ahora el de hebras esmeralda estaba en el gimnasio acompañado de sus compañeros.
Aburrido, opto por caminar en los pasillos de la secundaria, el aroma a rosas, chocolates y demás inundaban la atmósfera, causando que hiciera una mueca de asco, demasiado dulce.
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Aun sorprendido, miró detrás de él, intentando estar escondido, su compañero Natsuya veía la escena con algo de dolor.
—No puedo aceptar esto Nao.— dijo con voz tranquila, el de cabellos claros solo agacho la mirada, intentando evitar que el alfa viera como sus ojos se llenaban de lagrimas y estas comenzaban a bajar por sus mejillas.—Oye...Eres un excelente omega, deberías de enfocarte en un alfa que siempre esté junto a ti.
Con delicadeza, abrazó al lloroso omega, quien solo recostó su frente en su pecho, dejando que el dolor del rechazo del que creía su destinado pasase.
Soltó un suspiro, separándose del albino.—Yo no soy tu destinado, tienes que entenderlo.
Asintió, mientras se secaba las lágrimas.—Siento haberte molestado Tenma-san.
Negó mientras le restaba importancia.—Tranquilo...-miró otra vez detrás del chico.—Mejor ve a la cafetería, Natsu puede estar buscándote.
Con una sonrisa, Nao asintió y dio media vuelta, dejando solo a un afligido alfa, quien solo miro de reojo su maleta, de donde sobresalen dos rosas que desprendían un rico olor.
—¿Donde esta Ikuya?.—preguntó a sus adentros, con paso calmado se dirigió a su salón, donde dejó la mochila no sin antes sacar las dos rosas que esta contenía.
